Al cierre de esta edición, la lista oficial, que encabeza Graciela Baraza, iba camino a conseguir el triunfo en la elección local de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA), lo que le permitiría la reelección a la mujer. Sin embargo, el comicio ya tuvo impugnaciones. Fernando Olivera, que había quedado a escasos votos con su sector, señaló que ayer en la tarde presentaron en la Junta Electoral Central del gremio la nulidad del proceso por las "muchísimas irregularidades" detectadas, entre las que se privó del voto a muchos afiliados, indicó. Por su parte, Daniel Oruste, quien también peleaba palmo a palmo, destacó que planteará impugnaciones en ciertas mesas, como la de Veladero, debido a que, en el mismo sentido, no se dejó participar a trabajadores que, pese a que se les hace el descuento de la cuota sindical, desde el sindicato no les entregan el carné de afiliados y, por lo tanto, no son considerados como tales. Fuentes gremiales indicaron que Rogelio Amaya, que se ubicaba en cuarto lugar, también había realizado un planteo impugnatorio. De acuerdo al escrutinio provisorio, Baraza había obtenido 258 votos, mientras que Olivera había cosechado 238 y Oruste 235. Amaya había quedado más relegado con 106 sufragios. Con ese margen estrecho en los tres primeros puestos, toda la expectativa estaba centrada en el recuento definitivo de ayer, teniendo en cuenta que hubo 38 votos impugnados en la mesa ubicada en la mina Veladero y 11 en la de Gualcamayo, más un puñado más en otros lugares. Así, la esperanza de Olivera y Oruste era rescatar como válidos esos sufragios, sobre todo el segundo, que trabaja en dichas minas en las que tiene su base de acción.

Los reclamos de las listas opositoras apuntaron a que no se dejó votar a afiliados.

Sin embargo, con el correr de las horas, la Junta Electoral del gremio mantuvo la mayoría de las impugnaciones de los votos, por lo que Baraza se perfilaba a retener su puesto. A todo esto, en la puerta del sindicato había manifestaciones y señales de respaldo entre los seguidores de la lista oficial y la de Oruste, quien se quedó hasta último momento para revisar el conteo. Olivera habló de "desorden y un proceso electoral lamentable", en el que "en las mesas en distintas empresas figuraban 60 o 70 trabajadores y en el padrón no aparecían ni 15 afiliados. No permitieron votar a nadie". Oruste indicó que a los empleados "se les hace descuento de cuota sindical, pero no los toman como afiliados. No les entregaron el carnet y no los dejaron votar".