Un grupo de alrededor de 10 bodegas de Mendoza y técnicos del INV están siendo investigados por la Justicia Federal, en la presunción de maniobras de falsificación en el manejo de las certificaciones de volúmenes y sus variedades enológicas. Por lo pronto, el propio INV formalizó en diciembre una denuncia penal, cesanteó a uno de los empleados y puso a otros 2 bajo sumario, según se conoció ayer. Guillermo García, titular del Instituto, a su regreso de vacaciones, dijo ayer que ‘si bien no son grandes volúmenes, hay varias bodegas involucradas’’.
Agregó que ‘esto surgió en la primavera pasada cuando la tecnología informática y los nuevos procedimientos nos permitió profundizar en el seguimiento de los números y las certificaciones que se hacen por declaración y certificación numérica‘. Ayer, el caso fue detalladamente expuesto a los gobiernos provinciales (el INV se lo informó a los ministros de Mendoza y de San Juan, Guillermo Alvarez y Marcelo Alós, respectivamente), y se coincidió en profundizar la tecnología de control informático y presencial en las bodegas de toda la región. Son vestigios del ‘viejo tráfico de los números‘, clásico en la vitivinicultura de control manual o de manejo de planillas en combinación de técnicos de las bodegas y algunos funcionarios del INV, que ‘manejaban‘ las certificaciones y los registros de bodegas e Instituto. Como no se trataba de traslado de volúmenes, la trampa se manejaba en los registros numéricos y las certificaciones. El resto es la clásica del ‘empleado infiel‘ y el hilo de una madeja que, todo parece indicar, está siendo limitada por las nuevas posibilidades informáticas y de cruce de informaciones, con el aporte de la certificación de Transporte, por ejemplo, según explicaron en el INV.
