La presidenta Cristina Fernández de Kirchner instó ayer a los diputados y senadores kirchneristas a mantener una "firme" defensa del Gobierno ante la oposición, a la que acusó de pretender "romper el funcionamiento de la política" en el Congreso, durante un encuentro en la residencia presidencial de Olivos que intentó ser una demostración de "unidad" del oficialismo ante versiones de nuevas disidencias.

Aunque la presidenta no lo mencionó en su discurso de una hora de ayer al mediodía, a la salida varios ministros y diputados confirmaron que la idea del Gobierno es buscar "consensos" para que el Senado sesione el próximo jueves, "dejando de lado los puntos más conflictivos" como la pelea judicial por la integración de la Comisión Bicameral.

"Nosotros tenemos un modelo que defender, ellos no saben qué hacer", arengó la jefa de Estado, única oradora del encuentro, mientras su esposo y antecesor, Néstor Kirchner, se sentó en una mesa al costado, como un diputado más.

La mandataria defendió ante los presentes -según pudo reconstruir la agencia de noticias DyN de legisladores que participaron del asado de ayer en Olivos-, "el derecho al veto del presidente y el derecho a desempate" del presidente provisional del Senado, aunque apuntó duramente contra la oposición legislativa, a la que acusó de pretender "romper el funcionamiento de la política" y de "violar la reglamentación" del funcionamiento de ambas cámaras. "Se puede ser minoría parlamentaria y mayoría en la sociedad y en un futuro ganar elecciones", dijo la presidenta tras pedir a los legisladores que defiendan "las medidas del Gobierno", como los DNU y otras leyes que enviará en los próximos meses. Cristina dijo que la oposición "tiene mayoría circunstancial", pero que "no sabe qué hacer, porque no tiene proyecto".

Lejos de las expectativas del encuentro, la presidenta ratificó el DNU que dispuso el "uso de reservas para pagar deuda", pero no anunció ningún proyecto de ley para enviar próximamente al Congreso. Varios ministros y diputados hablaron ayer sobre el conflicto con el vicepresidente Julio Cobos, la Ley del Cheque y la integración de la Comisión Bicameral que mantiene trabadas las sesiones en el Senado.

Aunque reconoció las "dificultades" en el Congreso, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo que no hubo "ninguna" preocupación en particular manifestada por la presidenta: "Sólo nos pidió que funcionen las instituciones".

El jefe de la bancada de diputados kirchneristas, Agustín Rossi, advirtió que desde el oficialismo "estamos dispuestos a dialogar y buscar consensos" para que salga una ley que autorice el uso de reservas del Banco Central para pagar deuda externa.

La reunión, a la que no asistieron gobernadores, comenzó a las 12.30 en el salón de convenciones de la Residencia Presidencial de Olivos, donde fuentes del Gobierno dijeron a DyN que había 126 dirigentes presentes en el encuentro y todos los ministros del gabinete nacional, quienes se distribuyeron uno en cada mesa para dialogar con los legisladores sobre las "necesidades de cada provincia".

Rodeada en la mesa central por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, el presidente provisional del Senado, José Pampuro, y los jefes de bloques de diputados, Agustín Rossi y de senadores, Miguel Ángel Pichetto, Fernández de Kirchner explicó los argumentos del Gobierno para que los legisladores defiendan la estrategia oficial de rechazar la modificación de la Ley del Cheque y los rechazos a los DNU para el uso de reservas en el pago de la deuda externa.