La paz casi que no tiene poder de permanencia en el PRO sanjuanino. En los últimos años se vio interrumpida primero por la expulsión de un dirigente, después por el escándalo de la destitución de la conducción, y ahora por la renuncia indeclinable de Hugo Ramírez al cargo de vicepresidente. En su entorno aseguraron que se fue porque está cansado de que Eduardo Cáceres, el presidente del partido y principal referente desde que ganó una banca en el Congreso Nacional, lo ningunee y le haga el vacío. El legislador negó tener diferencias con su segundo y aseguró que la dimisión lo tomó por sorpresa.

Cáceres y Ramírez nunca tuvieron buenas migas, pero estaban disimuladas por la necesidad de mostrar al partido unido y por el mandato nacional del partido que tiene como líder a Mauricio Macri. Los dos se tragaron los desprotriques contra el otro en 2013 y obedecieron la orden de armar una fórmula conjunta para competir en las internas por la conducción y no alentar más divisiones.

Ramírez fue uno de los fundadores del PRO en San Juan, actualmente es el único diputado provincial que tiene el partido y es amigo personal de Macri y Humberto Schiavone, el presidente de la fuerza a nivel nacional. Su renuncia salió a la luz ayer pero la presentó el 30 de diciembre, apenas un año después de haber sido elegido para el cargo.

Este diario intentó comunicarse con él, pero no atendió los llamados telefónicos. Sin embargo, sus allegados contaron que ya venía masticando la posibilidad de pegar el portazo y que se terminó decidiendo por estar harto de algunas maniobras de Cáceres y el grupo de gente que lo rodea, supuestamente con el objetivo de sacarlo de escena y minimizarlo como figura política.

Ramírez se toma de varios episodios sucedidos este año. En su entorno afirmaron que cuando en San Juan se lanzó la Fundación Pensar con la presencia de Gabriela Michetti, ni siquiera fue invitado. Lo mismo le pasó en la visita de la diputada nacional Laura Alonso. Y cuando vino Macri para encabezar un acto en la Plaza de la Joroba, no lo dejaron subir al escenario. Además, relataron, no es convocado a las reuniones que se hacen periódicamente para diseñar la estrategia de campaña 2015 y definir los posibles aliados.

A todo eso se suma un motivo más, el económico. Las fuentes revelaron que Ramírez confiesa en la intimidad que para lo único que lo cuentan es para poner plata. Es que, de acuerdo a lo que sostuvieron sus hombres más cercanos, le cobran el aporte partidario y no le dan recibo oficial, y siempre ayudó a bancar los gastos de funcionamiento del partido.

Cáceres habló poco del asunto. Por un lado rechazó enfáticamente las acusaciones y aseguró que nunca tuvo un conflicto con Ramírez. ‘En términos políticos, tenemos una buena relación, nos sorprendió su renuncia‘. Por el otro, dijo que el partido se reunirá en febrero para resolver si acepta la dimisión.

La molestia de Ramírez no es sólo con Cáceres. Según las fuentes, todo es alentado desde Capital Federal por Emilio Monzó, el secretario de Gobierno en la Ciudad Autónoma y jefe de la campaña electoral. De paso, allá ya se enteraron y habrá una reunión para evaluar lo que pasa en San Juan (ver El dato).

La ruptura se da de cara al armado electoral para este año. El PRO debe resolver en qué espacio jugará, cosa que no es fácil debido a que los alineamientos nacionales lo separan de las principales fuerzas opositoras provinciales. Mientras Cáceres aspira a ser candidato a intendente de la Capital, Ramírez no habla aún públicamente de sus intenciones. Uno de sus allegados señaló que le gustaría ser diputado nacional.