La jefatura de Gabinete de la Nación sufrió ayer modificaciones en su organigrama, al bajarse el rango del área de Gestión Pública a subsecretaría y reducirse de siete a seis el número de secretarías que dependen de Aníbal Fernández.

La reestructuración fue determinada por el decreto 196, publicado ayer en el Boletín Oficial con las firmas de la presidenta Cristina Fernández y del propio ministro coordinador.

En tanto, el jefe de Gabinete salió a abrir el paraguas y rechazar que los cambios simbolicen una pérdida de poder dentro de la administración nacional y acusó al grupo Clarín.

El decreto deja a Fernández con seis de las siete secretarías bajo su órbita: Gabinete, Comunicación, Relaciones Parlamentarias, Integración Nacional, Ambiente y Administración y Evaluación Presupuestaria.

La Secretaría de Gestión Pública reduce su rango a Subsecretaría y quedará en el organigrama de la Secretaría de Gabinete, a cargo de Silvina Zabala. En rigor, Gestión Pública estaba vacante luego de que Juan Manuel Abal Medina fue designado como secretario de Comunicación.

En los considerandos del decreto, se argumenta que la medida es para "lograr el perfeccionamiento de la utilización de los recursos públicos tendiente a una mejora sustancial en la calidad de vida de los ciudadanos, focalizando su accionar en la producción de resultados que sean colectivamente compartidos y socialmente valorados".

Por Twitter, el jefe de Gabinete salió a rechazar que la norma pueda interpretarse como un nuevo recorte de su poder, luego del impacto que significó que sacaran de su órbita el manejo de las fuerzas de seguridad y relevaran algunos funcionarios que él había promovido.

"El despreciable de (el CEO de Clarín, Héctor) Magnetto y la sarta de alcahuetes están como locos ante mi decisión de unificar dos Secretarías de Estado", escribió en su cuenta de esa red social.