"Viajo sin mi hijo porque es una sola persona la que puede viajar. Me hubiera gustado ir con mi hijo porque siempre nos acompañamos. Malvinas es una historia que no está cerrada, no se ha curado. Duele mucho tener que ir con pasaporte". Alicia Ramírez dice que revive el dolor de haber perdido a su marido en batalla todos los días. Es la única de los familiares de sanjuaninos caídos en la guerra de 1982 que tiene, hasta ahora, el viaje asegurado para visitar la tumba de su esposo, Agustín Hugo Montaño, entre el 3 y el 10 de octubre.
Pero hay muchos más en San Juan que quieren ir a las islas, a dejar una flor y rezar una oración por sus soldados muertos. Uno de ellos es Miguel Montaño, cuñado de Alicia, que junto a sus 3 hermanas sólo conoce el relato de la helada en la cara y la vista casi simétrica que dibujan las cruces blancas en el cementerio de Puerto Darwin por su mamá, Pascuala, que pudo ir dos veces. A Miguel, que es profesor de Historia, sólo le falta un capítulo en su libro "Malvinas, su historia. San Juan, sus héroes": el de la visita a la tumba de su hermano.
Ahora, tras una década de esperar, se vuelve a abrir una puerta para las familias de los que dejaron la vida en esas islas hace 27 años. La gente de Cascos Blancos de Cancillería, que colabora con la misión organizada por la Asociación de Familiares de Caídos en Malvinas, ya visitó la provincia para hacer contacto con los parientes de los sanjuaninos muertos en batalla. Son 24. De ellos, dos murieron en el frente del fuego, el cabo principal Montaño y el teniente Oscar Augusto Silva y están enterrados en Darwin; y el resto murió en el cobarde ataque al crucero General Belgrano, por lo que sus restos quedaron en el mar y en su honra hay una cruz gigante junto a las individuales en ese cementerio.
Los familiares no se ven muy seguido, pero los Montaño saben que de la familia de Silva no podrá ir nadie a esta misión. A las reuniones con Cascos Blancos, con intención de viajar, participaron Virginia Avellaneda, viuda de Llanos; Miriam, viuda de Moreno; Adriana Yacante, tía de Jorge Yacante; Mirta de Melián, cuñada de Anselmo Melián; y Malvina, sobrina de los primos Hugo y Julio César Ahumada. Todos, según cuenta Miguel Montaño, esperan confirmación de si habrá pasajes para ellos.
La misión, que consiste en dos viajes llevando alrededor de 300 familiares al lugar, tiene dos actividades eje: inaugurar un monumento en Darwin para los caídos y la entronización de la imagen de la Virgen de Luján junto a la tumba de los soldados argentinos.