Fueron 12 minutos los que empleó José Luis Gioja para poner en escena lo que ya era un secreto a voces. Y lo que predominó en el diseño del mensaje -grabado hace unos días y demorado por razones operativas- fue el envío de señales hacia los dilemas que le plantea el futuro. Que no son gigantes, pero que existen.

- Hacia la supremacía política. Sabe Gioja que en el tiempo que dure la campaña hasta el plebiscito será cuestionado por el holgado margen con el que maneja la Legislatura provincial, y aunque no es esa una acusación solvente desde lo institucional porque fueron votos ganados en las urnas, conoce que deberá cuidar las formas. Esa fue una razón por la que demoró el discurso y fue un tema al que le dedicó un párrafo cuando le pidió "a los señores diputados" que lo acompañen. Detrás del cortinado, siempre las cosas son diferentes.

- Hacia el margen electoral. También conocen en el gobierno que los números de un eventual balotaje les son favorables, pero eso no es una licencia para abusar. Allí apuntó la cuidadosa introducción destinada a "la comprovinciana y el comprovinciano (primero ella)" y a un pedido desde el llano a que "me acompañen".

- Hacia la alternancia. Dijo ayer el gobernador que sigue pensando en la alternancia como mecanismo óptimo, y por eso limitó el pedido a "un período más". Una manera de diferenciar la reelección indefinida, que hace más ruido en contra, que una segunda reelección.

- Hacia la Constitución: "La ley está para cumplirla" remató en un par de ocasiones, con la intención manifiesta de contrarrestar una de las críticas más frecuentes que recibirá en la campaña: la denuncia por manipulación de la Constitución, que es lo que ensayaron hasta ahora los opositores locales y hasta alguno a nivel nacional. Por eso Gioja se ocupó de subrayar que el proceso de enmienda es "absolutamente legal", es decir, enmarcado en la ley.

- Hacia sus propios dichos. Tal vez el peor contrapeso que registrará el gobernador serán sus propias palabras, pronunciadas hace tiempo y cuando ni se planteaba lo que está ocurriendo ahora. Decía y repetía que "no" iba a buscar un tercer mandato. El camino elegido por Gioja fue no mandar la basura debajo de la alfombra ni renegar de aquel pasado, sino permitirse la posibilidad -como dijo- de "revisar aún mis propios dichos".

- Hacia su hermano. Sobrevoló el mensaje de ayer tal vez el principal obstáculo emocional que tendrá el gobernador con este anuncio, y a la vez el motivo que lo llevó a decidirse a hacerlo: la presencia de su hermano César como aspirante a sucederlo. Elípticamente, envió señales. Fue cuando dijo que consultó "con mi familia", en obvia referencia a cerrar ese núcleo lo más posible. También cuando afirmó: "sé que se vienen tiempos difíciles personalmente". Y cuando cito "a mis viejos", que le pedían que había que "portarse como la gente". En el mensaje escrito, esa frase estaba con mayúsculas.

- Hacia Néstor. La falta de pronunciamiento presidencial en público sobre la re-re de Gioja fue siempre combustible para las especulaciones, más allá de que en privado y con señales políticas indisimulables la presidenta había dejado en claro su voluntad de hacer lo que "decida la gente de San Juan". Gioja apeló a la sintonía emocional con el ex presidente y a los datos duros. Dijo que buscará un tercer período como los que tuvo como gobernador quien definió como "uno de los mejores presidentes de la historia". Se refería, claro, al santacruceño. Y capítulo cerrado.