El reparto del manejo de las comisiones en la Cámara de Diputados vuelve a generar roces y es motivo de intensas negociaciones previo al inicio del período ordinario de sesiones, previsto para el 1 de abril. Los opositores aspiran a tener sus espacios, de acuerdo al veredicto de las urnas del año pasado, y en el oficialismo no quieren ceder demasiado terreno. Según las pretensiones de uno y otro sector, en el Interbloque de Compromiso con San Juan, integrado por Producción y Trabajo, Actuar, Confe y el bloquismo disidente, quieren 4 presidencias y Juntos por San Juan, al menos 1. En el Frente para la Victoria (FPV) dan señales de estar dispuestos a abrir el juego pero, como es previsible, buscarán mantener bajo su órbita las más importantes.
Las tratativas ya comenzaron y desde el Intebloque de Compromiso por San Juan, la basualdista Susana Laciar confirmó que ya le hizo llegar un borrador con su postura al presidente de la bancada oficialista, Pablo García Nieto. “Hemos pedido 4 presidencias porque creemos que es el número de comisiones que nos corresponde”, sostuvo, aunque aclaró que no es una posición inamovible y que van a seguir dialogando.
Desde Juntos por San Juan, el armado que tiene 2 representantes, uno el radical Eduardo Castro y el otro es el dirigente de Dignidad Ciudadana, Fernando Moya, buscan tener al menos 1 jefatura. “Es nuestra aspiración y refleja la representación parlamentaria”, dijo Castro.
Sobre el tema, García Nieto sostuvo que “estamos logrando los consensos necesarios para que haya representatividad de legisladores de todos los bloques en las comisiones. Valoramos el esfuerzo de los opositores para hacer un mejor trabajo”.
Las discusiones recién empiezan y en el oficialismo dan por sentado que más allá de lo que puedan consensuar los diputados, la distribución final saldrá de una charla entre el presidente del cuerpo, Marcelo Lima, y el gobernador Sergio Uñac.
El presidente de la comisión es el que tiene en su poder la decisión de qué proyectos son prioritarios para discutir y cuáles pueden esperar. En ese ámbito, todos los diputados integrantes fijan posición y emiten un despacho, es decir un dictamen, que es el que finalmente llega al recinto para convertirse en ley. Si el presidente de una comisión fuese opositor, bien podría trabar iniciativas presentadas por el oficialismo. Es a eso a lo que le tienen temor en las filas oficialistas y es lo que quieren evitar.
Si no hay acuerdo en las charlas, el reglamento interno de la Cámara de Diputados determina que son los propios integrantes de la comisión los que deben votar a mano alzada para elegir a sus autoridades. En ese caso se impondría la mayoría justicialista, que tiene 19 representantes y, contabilizando a los 4 bloquistas, suman 23, es decir que están en condiciones de imponer su número.
Las comisiones de la Cámara de Diputados son 16, pero las de mayor importancia son 6, contando a las de Legislación y Asuntos Constitucionales, Hacienda y Presupuesto, Justicia y Seguridad, Educación y Cultura, Minería y Obras y Servicios Públicos.
El reglamento interno de la Cámara no establece un mecanismo específico para el reparto y por eso la distribución es producto de acuerdos políticos no exentos de tironeos. Este año no es la excepción.