Los diputados designaron, casi por unanimidad, a Aldo Molina como vocal permanente del Tribunal de Cuentas. El protagonista venía actuando como ministro de Hacienda de la gestión giojista, el Gobernador lo propuso para el nuevo cargo y ayer recibió el apoyo de la gran mayoría de los bloques parlamentarios. La excepción fue Actuar, que pidió que el pliego con los antecedentes del funcionario fuera a comisión.

La designación de Molina era segura. La propuesta para que vaya a cubrir la vacante que dejó Pedro Balenguer, que renunció en febrero, en el organismo que controla el gasto público la hizo el Ejecutivo y como el oficialismo tiene amplia mayoría en el recinto, no quedaban dudas. El funcionario regresa hoy desde los Estados Unidos y se espera que sea puesto en funciones la semana que viene.

El alfil giojista recibió también el voto positivo del bloque basualdista, el más numeroso de la oposición, del PRO y del bloquismo, que es aliado al PJ. El único que rechazó la propuesta fue Juan Sansó, único integrante de la bancada de Actuar. El diputado se quejó por el poco tiempo que tuvieron para analizar los antecedentes de Molina y si bien aclaró que no ponía en duda su idoneidad, pidió que el expediente pasara a comisión.

La designación de Molina desató algunas movidas en el equipo oficial. José Luis Gioja eligió como sucesor en hacienda a Francisco Alcoba, que a su vez deja vacante la Presidencia de la empresa de energía estatal (EPSE). Aún no se da a conocer oficialmente quién va a ese lugar, pero el mismo Gobernador dio señales de que sería el diputado Víctor Doña. Si es así, la caucetera Mariela Ginestar asumirá en su banca y el oficialismo tendrá que elegir otro presidente de bloque. Ayer, los diputados y el presidente de la Cámara, Sergio Uñac, aseguraron que el tema todavía no está definido.