Apenas días después de los cruces entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo por la inseguridad, el arzobispo de San Juan, Alfonso Delgado, deslizó algunas críticas por la escalada de delincuencia y sin querer tomar partido, llamó a los tres Poderes a implementar una política conjunta para contrarrestarla. Monseñor le dedicó un párrafo especial a la designación de magistrados como una clave para mejorar la seguridad y dijo "se deben elegir buenos jueces, no amigos". Además, en sintonía con la opinión que se escuchó esta semana desde la Corte de Justicia, sostuvo que hay un déficit en la formación de la Policía.
No es la primera vez que Alfonso Delgado sale a tomar posición frente a uno de los temas que mayor preocupación ha generado en los últimos años en la provincia. Esta vez evitó involucrarse de lleno en la polémica reciente entre jueces y ministros del gobierno, aunque con sus opiniones quedó más cerca de los que objetan la política del Ejecutivo en materia de seguridad.
Delgado discrepó con el "amesetamiento de la delincuencia" que describe el ministro de Gobierno, al sostener que "la percepción es que hay más inseguridad". Y para revertirla, aseguró "hay que decidirse a una "política de Estado" que incluya "un sistema jurídico honesto y capacitado", una revisión de las leyes para evitar que "los delincuentes entren por una puerta y salgan por la otra", "fuerzas de seguridad capacitadas y comprometidas" y una decisión política de "mantenerla en el tiempo".
Bajo ese contexto, que no libera a ningún Poder, puntualizó en un tema que le toca lleno a la hueste política y que es motivo de encontronazos entre la oposición y el oficialismo: la designación de jueces. Según Delgado, los magistrados son un pieza fundamental para luchar contra la delincuencia y ante la inminencia de decenas de vacantes en el Poder Judicial, advirtió que "se deben elegir los mejores jueces, no amigos".
También hizo foco en la Policía, que hace poco fue motivo de debate entre el cortista Adolfo Caballero y el ministro de Gobierno. En concordancia con el miembro del máximo tribunal, opinó que "hay un gran déficit de recursos, de elementos y formación", aunque paso seguido aclaró que es "testigo del gran esfuerzo que hace la Policía".
Fernández había justificado la mala formación del personal en que la fuerza se nutre de la sociedad. A lo que Delgado acotó: "es cierto, pero el gobierno forma a los policías, exige una idoneidad, hace una evaluación y después tiene el contralor de eso. Creo que se los prepara para una misión más alta que el simple nivel medio que podemos encontrar en un barrio".
En una suerte de extensión de las críticas de la Iglesia a nivel nacional, el arzobispo no se olvidó del fallo de la Corte Suprema que despenalizó el consumo personal de drogas. Consideró que "ahora será mucho más difícil facilitar la recuperación" de los adictos y contó una historia: "un policía me contó que hay gente que vende dosis mínimas y que dice que es para consumo personal". "Hecha la ley, hecha la trampa", sentenció.