El Centro Azucarero Argentino (CAA) encendió ayer la polémica al ‘lamentar’ a través de un duro comunicado no haber sido invitado a la audiencia pública del miércoles en el Senado de la Nación, en la que se impulsó el proyecto de ley de uso de jugos naturales para edulcoración. A la vez denunció que pese a que un ejecutivo de la institución se presentó espontáneamente al encuentro ‘’le fue negada la posibilidad de exponer, argumentándose que la lista de expositores de la sesión promovida por el sector vitivinícola había sido confeccionada con anterioridad y estaba cerrada’’.
En el comunicado enviado a DIARIO DE CUYO, la entidad que agrupa al sector de los ingenios azucareros esgrimió que en dicho encuentro ‘’la industria vitivinícola buscó fundamentar su proyecto denominado Ley de Uso de Jugos Naturales, más conocido como Ley del Mosto, mediante el cual pretende que se le otorguen abusivos beneficios fiscales mediante una reforma de la ley de Impuestos Internos, N°24.674 y sus modificatorias, a costa de la principal economía regional del NOA’’.
En una extensa nota refutan los argumentos acerca de los inconvenientes a la salud que causaría el consumo de azúcar y esgrimen que ‘’en la búsqueda de un beneficio propio están afectando no solamente intereses económicos y comerciales y los de toda una economía regional, sino también la tranquilidad del consumidor.’’
En la audiencia en el Congreso, técnicos y autoridades de la Corporación Vitivinícola Argentina al igual que productores de Corrientes y Río Negro resaltaron que el proyecto no sólo beneficia al mosto de San Juan y Mendoza, sino a otras 11 economías regionales que generan diferentes jugos, y que no afectará al corazón del sector azucarero del país. El mensaje fue que ninguna actividad iba a ir “en desmedro” de otra economía regional y que el proyecto de ley además promueve que el porcentaje de edulcoración con azúcar pase del 65 al 75 por ciento en las bebidas no alcohólicas. En cambio el sector vitivinícola apuntó contra el jarabe de maíz de alta fructuosa, un edulcorante químico que según argumentaron, tiene contraindicaciones médicas.