En la Justicia Electoral Federal empezaron a toparse con complicaciones para determinar quiénes deben ser multados por no pasar por el cuarto oscuro en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto. Sucede que ese día hubo desprolijidad y poco cuidado por parte de las autoridades de mesa que en algunos casos se olvidaron de entregar el comprobante de votación o lo dieron cambiado. Conclusión: miles de electores, a pesar de haber ido a las urnas, figuran como infractores y están a tiro de ser castigados. Estiman que podría haber una lluvia de reclamos de los que se vieron afectados.
A diferencia de lo que pasó históricamente, para este año el kirchnerismo se propuso hacer efectivas las sanciones previstas para los que no cumplan con la obligación de ir a votar y actualizó los montos de las multas. La ley dice que deberán hacer frente a un castigo que va de 50 a 500 pesos y que se verán impedidos de hacer trámites en el Estado nacional hasta que paguen.
En ese contexto, el comprobante o troquel es clave. Por un lado, las autoridades nacionales prometen que será exigido en las reparticiones para hacer trámites. Por el otro, si un elector es incluido en el Registro de Infractores aún habiendo votado, lo debe presentar en la Justicia Electoral para demostrar que efectivamente pasó por el cuarto oscuro y evitar tener que desembolsar el valor de la multa. Sin embargo, el sistema estuvo lejos de ser infalible y no todos los que fueron a elegir candidatos el 11 de agosto tienen en su poder el papelito.
Al otro día de la elección, empezaron a asomar los síntomas. Algunas personas se presentaron en el Tribunal Electoral para decir que se quedaron sin el comprobante, porque cuando fueron a votar ya no estaba adosado al padrón. Según dijeron en la Justicia, eso pasó porque las autoridades de mesa se confundieron y le dieron a un elector el troquel de otro o porque no advirtieron que había hojas del padrón pegadas y cortaron dos comprobantes (el que correspondía y el que está a la misma altura en la siguiente hoja) y se los entregaron a una misma persona.
Otro error muy común fue que el responsable de la mesa directamente se olvidó de cortar y entregar la constancia y el votante tampoco lo reclamó. Igual que en los casos anteriores, sufragó y regresó a su casa sin la herramienta para acreditar que cumplió.
Ante a las primeras quejas, en la Justicia Electoral revisaron manualmente los padrones y verificaron que los electores habían firmado. Es decir, aunque no tienen el troquel, sí sufragaron.
Las fuentes aseguraron que los errores se dieron en todos los distritos del país, aunque aclararon que en la mayoría de los casos no hubo problemas. De todas maneras, contaron que aquí son miles los afectados.
Además de las equivocaciones en la votación, el dilema radica en que el único parámetro que se toma inicialmente para armar el Registro de Infractores es el troquel. Un lápiz óptico lee el código de barras de los que quedaron pegados al padrón y con los datos de sus titulares se arma el listado sin revisar si sus firmas aparecen en el padrón en señal de que votaron.
Frente a este panorama, en la Justicia Electoral creen que habrá una catarata de reclamos cuando empiecen a imponerse las multas y que todo será mucho más engorroso de lo que creía. Para peor, la aplicación del sistema depende de la Cámara Electoral Nacional, que no tomó previsiones y va sacando resoluciones casi a diario para atender los problemas que aparecen.
Si una persona votó y es sancionada porque por una u otra razón no se trajo el troquel, debe ir a la Justicia Electoral Federal que funciona en calle Entre Ríos, entre Mitre y Central, y pedir que se verifique su firma en el padrón y ser dada de baja. En los casos de troqueles cruzados, la instrucción que dio el organismo nacional la semana pasada es revisar manualmente el listado de electores y entregarles a los perjudicados un certificado que reemplace el comprobante original.