La cita es mañana y juntará a dos dirigentes del mismo color político que desde hace tiempo están enfrentados en una dura y ácida interna. El bloquista Enrique Conti tiene previsto reunirse a solas con la presidenta de la fuerza, Graciela Caselles, para hablar del armado con vistas a las elecciones legislativas. Él quiere ser candidato a diputado nacional, está convencido de que cuenta con posibilidades y su idea es jugar por dentro de la estructura orgánica, siempre que el partido le ponga fin a la alianza con el PJ y se pare en la vereda opositora. Lo planteará en el encuentro, aunque la cruzada no parece fácil: su correligionaria viene sosteniendo con uñas y dientes el acuerdo con el oficialismo y hace poco dijo que la intención es seguir por el mismo camino.
El meeting se manejó con reserva, pero ayer ya estaba en los oídos de los bloquistas. En el partido contaron que se encontrarán en la sede de calle Mitre y que el tema central será, de nuevo, el acuerdo con el PJ que tanta polémica despierta puertas para adentro.
Conti hace tiempo que está alejado de la escena pública, aunque sus detractores le reconocen el mérito de haberse mantenido como una figura de relevancia dentro de la política. Desde el año pasado deja entrever sus ganas de calzarse el traje de candidato con el sello bloquista y para eso, sabe que necesita del apoyo de la conducción que, a juzgar por las últimas compulsas internas, tiene mayoría entre los afiliados.
El escollo es la amalgama que el bloquismo ató con el PJ en 2007. Conti es uno de los más críticos a ese acuerdo y su aspiración es que el partido corte el vínculo, arme un frente con otra fuerzas de la oposición y encabezar la lista de candidatos. Caselles y el resto de la conducción se niegan y en todo caso, prefieren llevar un postulante propio en la lista que presente el Frente para la Victoria, aún sabiendo que los lugares más expectantes serán del PJ.
Entre Conti y sus seguidores, la opinión que se impone es que la coyuntura electoral obliga a prescindir más que nunca del giojismo. La hipótesis que trazan es que si el oficialismo vuelve a triunfar en las urnas, no lo hará de manera tal holgada como para triplicar al segundo y quedarse con las tres bancas que se ponen en juego. En ese caso, sostienen que el bloquismo unido y encabezando la lista de un frente opositor, tiene muchas chances de terminar segundo y conseguir el tercer escaño para empezar a recuperar oxígeno.
Fundamentan la hipótesis en que Roberto Basualdo, que es el opositor de mejor rendimiento en las urnas, no será de la partida. Y que sin el peso de su figura disputando candidaturas, el bloquismo con Conti a la cabeza es una fórmula atractiva para liderar el amplio frente que el propio senador invita a armar entre los partidos de la oposición.
Hasta ahora, la cúpula bloquista se ha mantenido firme y cada vez que tuvo que medir fuerzas internamente con el sector de Conti, se impuso y le dio continuidad a la participación del partido de la estrella en el Frente para la Victoria. Incluso, Caselles convocó a la mesa directiva ayer y sus miembros renovaron la idea de mantenerse en el oficialismo.
Si no tiene éxito, sus seguidores dicen que Conti no tirará la toalla e intentará dar pelea en la Convención. El órgano partidario es el que decide los frentes electorales y entre abril y mayo se reunirá para votar qué camino seguir.
La opción que barajan los que se oponen a la alianza con el justicialismo es, directamente, irse y jugar por fuera de la estructura partidaria, como ya lo hicieron en los comicios de 2011, e intentar calzar en el convite que tiró Basualdo. Claro que entienden que sin el bloquismo orgánico, no tendrían la misma fuerza para discutir lugares en la nómina de postulantes.
Mientras tanto, las conversaciones en el resto de la oposición ya comenzaron. Para definir quiénes serán los candidatos, Basualdo propone una interna y los que desde ya dicen que van a estar son el ibarrismo y el PRO. Los tres dan señales de querer llevar el primer postulante: en el basualdismo suenan, entre otros, Armando Campos y José Gazzé; en Convicción Federal, Mauricio Ibarra (es diputado nacional y quiere ir por la reelección); y en el macrismo, Eduardo Cáceres.