Los chispazos en el bloquismo por la sociedad con el justicialismo parecen ser de nunca acabar. Esta vez, los protagonistas fueron la presidenta de la histórica fuerza, Graciela Caselles, y el diputado provincial Edgardo Sancassani. Este último acusó a la dirigente de poner el partido a disposición del PJ sin tener el consenso interno y ella respondió que hay que aprender a acatar la decisión de la mayoría y no pretender que gobiernen las minorías. Todo en la previa a las internas del mes de junio, donde seguramente el alineamiento electoral de cara a los que se viene será un tema relevante.

La alianza que mantiene el partido de la estrella con el giojismo ha generado fuertes quiebres internos y se convirtió en una cuestión recurrente que, de tanto en tanto, enciende el fuego cruzado entre los defensores de esa estrategia y los detractores que se quejan por la resignación de candidaturas a manos del peronismo. La sociedad se renovó para los comicios de 2013, donde el bloquismo llevó a uno de sus hombres en la lista de candidatos a diputado nacional, Andrés Chanampa.

Ahora, la mecha se encendió tras la visita que la conducción partidaria le hizo el vicegobernador en ejercicio del Ejecutivo, Sergio Uñac. La comitiva bloquista estuvo encabezada por Caselles quien en los últimos años, luego del fallecimiento de Polo Bravo, se ha convertido en el principal sostén de la amalgama con el justicialismo.

Uno de los que está en la vereda de enfrente es Sancassani, que entró como diputado integrando la lista del Frente para la Victoria y el año pasado se terminó marchando del bloque bloquista. Según el legislador, en la reunión con Uñac “ella (por Caselles) dice que el bloquismo va a seguir con el PJ y lo hace sin pedir la opinión del resto de la dirigencia, me parece que es una señal de que para ella no es prioridad la unidad del partido”.

Caselles, que de la mano de la sociedad con el justicialismo fue electa diputada nacional en 2011, aseguró que no fue a poner a disposición el partido porque “el bloquismo ya está dentro del Frente para la Victoria, hicimos un balance de todo lo que se viene haciendo y analizamos de qué manera vamos a seguir trabajando por la gente de San Juan”. Y en dirección a Sancassani, aseguró que “me parece que antes de hablar de unidad, en el partido deberíamos definir si se va a respetar la decisión que adopte la mayoría o si van a ver pretensiones de que gobiernen las minorías”.

Sancassani formó parte el año pasado de una mesa de café en la que estuvieron también sus correligionarios Enrique Conti, Augusto Rago y Pedro Medina, en la que explicaron que era el principio de una cruzada interna para volver a unir todas las facciones bloquistas y evitar enfrentamientos en las internas. El diputado zondino insistió con esa meta y dijo que van a invitar a Caselles”, aunque advirtió que “lo veo difícil con actitudes como ésta, donde ella da por sentado que el bloquismo va a seguir con el justicialismo”.

Por la conducción

El encontronazo bien podría ser un anticipo del debate para el proceso de renovación de autoridades que se viene para junio, no por los protagonistas sino por el contenido. A partir de 2007, cuando el bloquismo ingresó al Frente para la Victoria, cada vez que se tuvo que renovar la conducción partidaria, el debate pasó casi estrictamente por si la histórica fuerza debe continuar jugando en el mismo espacio o si tiene que buscar un nuevo horizonte enrolado, en todo caso, con socios opositores. A pesar de las ruidosas críticas de los opositores, el oficialismo siempre se impuso con comodidad en las votaciones donde se resolvió la cuestión.

Caselles está completando su segundo periodo consecutivo como presidenta y si bien podría ir por otro mandato, prefiere ser cauta. “No estoy pensando en eso, estoy concentrada en trabajar para que los bloquistas sigamos creciendo”.

Sancassani tampoco quiso hablar de sus aspiraciones y se limitó a decir que “priorizamos la unidad interna por sobre cualquier enfrentamiento, queremos que todo sea por consenso”. Incluso, señaló que con Conti, Rago y Medina no hablaron de nombres sino “de un proyecto de partido, para volver a ocupar lugares de protagonismo”.