Cuando ha sido gobierno (al menos desde la restauración democrática) el peronismo se ha verticalizado y el debate interno termina siendo marginal. En la oposición, rol que le resulta extraño y que sufre, deja ver espacios de “reflexión” como el de hoy a la tarde en el hotel Castelar, con el senador Miguel Angel Pichetto como invitado-orador estrella.

El influyente jefe de la bancada del PJ-FpV defendió ante una platea peronista el rol dialoguista que alienta desde el Senado para sostener la gobernabilidad, instó a construir una “alternativa” para volver al poder en 2019 y dejó una advertencia: “Este gobierno no es una dictadura, son un gobierno democrático, expresan un capitalismo moderno. No son sólo Durán Barba; no hay que subestimar al Gobierno, saben como ganar elecciones. El peor error del peronismo es subestimar al Gobierno”, completó.

En un salón colmado del primer piso de ese tradicional hotel de la Avenida de Mayo, centro de muchos mitines políticos, no hubo derrame de optimismo sobre el futuro de un peronismo que sigue en ebullición, buscando su destino. Pichetto en comparación casi odiosa aludió a los 12 años “en el llano” de otro tanque muy habituado al poder, el PRI mexicano, y el anfitrión Hugo Quintana, jefe del gremio APOC (Asociación del Personal de los Organismos de Control) habló de “prepararnos para 2019, y si no tenemos éxito, el 21, ó el 23...”.

Pichetto volvió a diferenciarse fuertemente del kirchnerismo. “Algunos creen que cuanto peor, mejor. Y esperan que el Gobierno se autodestruya para poder ganar. ¿Cómo se construye una alternativa para volver al poder?”, interrogó. “Hay que leer a Perón, del 74. Para un argentino nada mejor que otro argentino”, postuló, y reclamó “abrir un debate sobre el proceso de los últimos doce años (por los gobiernos Kirchner) y de la derrota del 2015”.

En este punto, reiteró que Cristina Kirchner debería en diciembre cuando llegue al Senado armar un bloque propio. Sostuvo que el peronismo debe recuperar un lugar de “centro nacional”. “Nuestro movimiento no es de izquierda ni una construcción del progresismo porteño”, dijo en alusión al cristicamporismo.

“El peronismo no es responsable de la construcción de otras alternativas políticas. No es neutro construir otra cosa y eso ha predominado en los últimos cuatro años y medio -aludió al segundo mandato de Cristina-, y eso aleja del peronismo”.

Pichetto disertó en el lanzamiento de una nueva edición de la revista Movimiento 21, “Aportes para la reconstrucción del pensamiento nacional”, que dirige el sindicalista Quintana. El jefe de APOC es parte del armado massista en la Capital, pero esa es otra historia.

Se vio a una vieja guardia peronista (menemista, duhaldista) con altos cargos en las últimas décadas: Eduardo Camaño, Humberto Roggero, Aldo Pignanelli, Miguel Angel Toma, Alfredo Atanasof, el actual titular de la AGN Oscar Lamberto, el periodista Pascual Albanese, el jefe de los judiciales Julio Piumato, entre otros.

El rionegrino volvió sobre su polémico proyecto de controlar la migración desde países vecinos y pidió “recuperar las Fuerzas Armadas” para tener una “presencia disuasoria en la Patagonia”, y comparó con el ejército ruso que ocupa Siberia.

En este sentido, reafirmó que “esa fuerza debe tener un correlato legislativo, (un bloque que) exprese esas ideas”. Sacó cuentas y dijo que fue “un error” porque si Cristina hubiera competido dentro del PJ, sumando el porcentaje que obtuvo Florencio Randazzo hubieran llegado a los 40 puntos.

También respondió sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Reclamó que es “central la aparición con vida, saber qué pasó”, pero lanzó una dura advertencia sobre el grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), al que calificó de “violento” y “preinsurreccional”. “Hay un protomontonerismo en la frontera” sostuvo y más lejos aún, que “hay tufillo a Sendero (Luminoso)”. Afirmación que generó un silencio incómodo y luego algunos aplausos desconcertados.