La presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a pedir ayer "solidaridad" a los sectores más ricos de la población, reclamó que se abonen los impuestos para combatir la pobreza y recalcó que "el problema no" es ésta, sino la inequidad en la distribución" de los ingresos.

"No estamos pidiendo que abandonen sus lujos, sus casas, sus mansiones o sus aviones. Simplemente que con una partecita contribuyan a que todos podamos tener los derechos básicos que nos reconoce como ciudadanos nuestra Constitución", enfatizó la jefa de Estado al inaugurar un jardín de infantes en la localidad bonaerense de Ezpeleta.

Fernández de Kirchner realizó estas declaraciones en medio del debate sobre los niveles de pobreza en el país, disparada por la Iglesia. Horas después de que hablara la mandataria, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) anunció que la tasa de desocupación se ubicó en 8,8 por ciento al cierre del segundo trimestre, lo que implica un alza de 0,8 punto porcentual respecto a igual período del año pasado.