"Hoy Néstor Kirchner es candidato presidencial para el 2011 y va a competir en las internas del peronismo", sentenció un experimentado kirchnerista.

En lo que pareció ser una reproducción fiel del pensamiento del ex mandatario, la lectura que se hace es la siguiente: desde la derrota electoral de junio del 2009, donde Kirchner perdió con Francisco de Narváez e inmediatamente su imagen comenzó a caer en los meses posteriores hasta fines de año, su figura empezó a recuperar el terreno perdido.

Argumentan que, por un lado, la situación económica y las perspectivas para el presente año, revitalizaron al gobierno de Cristina Fernández. Sin embargo, resaltan como principal factor de esa recuperación, las discrepancias y falta de liderazgos en la oposición. "Ante la gestión del gobierno y la incapacidad de gestión que demuestra la oposición, es lógico que las encuestas empiecen a darnos mejor", dicen.

En el oficialismo sostienen que "entre la interna de los radicales, las arremetidas de Carrió y las disputas entre Macri y De Narváez, en la oposición no hay alternativa a nada".

En ese esquema, otro dirigente cercano al matrimonio presidencial opina que "la verdadera pelea será en la primaria del PJ". La afirmación no es casual. Anticipan que a más tardar en junio o julio próximo la presidenta firmará el decreto que reglamenta la reforma política aprobada por el Congreso Nacional. Así, entre otros puntos la nueva normativa establecerá la realización de elecciones primarias, simultáneas, abiertas y obligatorias, para el tercer domingo de agosto de 2011. Unos 60 días antes, deberán inscribirse los frentes.

Esto significará, por ejemplo, que la UCR y el Socialismo, si es que conformarán un mismo espacio, deberán consensuar de antemano una fórmula presidencial. Porque el tándem que gane en las internas es inamovible, mientras que los perdedores ni siquiera podrán reinventarse como candidatos a diputados. Lo mismo en el complejo caso del PJ. Kirchner, Daniel Scioli, Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Mario Das Neves, Felipe Solá y si la justicia lo autoriza, Francisco de Narváez, competirán entre sí, pero cada uno como cabeza de fórmula junto con un postulante a vice. Los que pierdan, deberán acompañar, sin ser candidatos a nada.

Es decir, quienes quieran armar un "Frente", deberán antes consensuar la fórmula porque no será posible que, tras una interna, el ganador sea el candidato a presidente y el perdedor a vice, como se hizo en otra época.

Ante ese escenario, en la Casa Rosada se entusiasman con un Kirchner candidato, describen al santacruceño con un cambio de ánimo en los últimos tiempos y "con ganas de dar pelea". Con el mismo énfasis descartan que Cristina Fernández tenga intención alguna de buscar su reelección.