Contando desde el año 2007, los sanjuaninos han entregado de manera voluntaria 1.209 armas de fuego para que sean inutilizadas y destruidas definitivamente. Los datos fueron suministrados por el Renar y son el resultado de un plan de desarme nacional que, a cambio de un incentivo económico, busca reducir la cantidad de armamento en poder de los civiles y colaborar en la lucha contra la inseguridad. Esta semana llegó a la provincia un móvil del organismo y entre el lunes y ayer había recibido más de 20 escopetas, revólveres y pistolas de distinto calibre.

El plan lo ejecuta el Renar, que se encarga de recibir y destruir las armas y entregarles a los portadores un cheque que va de los 200 a los 600 pesos dependiendo del modelo y el calibre. La recepción es anónima y a los propietarios no se los interroga sobre la procedencia de las mismas y mucho menos, sin están registradas o no.

El primer operativo se llevó a cabo en 2007 y en San Juan se recuperaron 610 armas. Según la base de datos oficial, la cantidad ya va por las 1.209, contando 22 que se entregaron esta semana en el puesto que el organismo instaló en la sede de Defensa Civil, por calle Santa Fe antes de llegar a Entre Ríos.

Para las autoridades se hace difícil hacer una lectura de lo que implican las cifras, teniendo en cuenta que es imposible saber cuántas armas de fuego hay en la provincia. De todos modos, el dato objetivo es que el cabo de seis años hay casi 1.210 menos entre los civiles.

Paralelamente, el Ministerio de Gobierno está impulsando el cumplimiento de una ley de desarme a través de la Justicia. Por nota, le pidió a los jueces del fuero Penal que hagan un inventario de las armas secuestradas en las causas que tramitan y que las manden a eliminar. Este año ya lo hizo la jueza Mónica Lucero y se espera que el próximo sea su colega de Instrucción Benito Ortiz, que tiene unas 120 que fueron usadas en distintos hechos delictivos.