San Juan, 24 de mayo.- Luego de 23 años de ser secuestrados sus archivos, estudios e investigaciones y de ganarle un juicio a la Universidad Nacional de San Juan por un delito que la Justicia demostró que no cometieron, los ingenieros Carlos Rudolph y José Mattar debían recuperar sus pertenecías en la mañana de hoy. El acto que estaba previsto a las 9 en el subsuelo del Instituto de Investigaciones Mineras, abierto al público, pero finalmente se llevó a cabo 45 minutos después y a puertas cerradas por una disposición del decano de la Facultad de Ingeniería, Roberto Gómez Guirado y sus abogados.

Tras las demoras, el abogado de los damnificados, Miguel Arancibia, intimó verbalmente a que las autoridades universitarias concretaran la entrega de las cajas con las pertenencias de sus clientes y por ello, el decano resolvió realizar la entrega en la sala de reuniones del edificio.

“De las 15 cajas que nos secuestraron en ese momento nos quieren devolver sólo 9 y hay investigaciones y proyectos que nos costó más de 5 años elaborarlas con los equipos de trabajo que no están. Teníamos hasta un proyecto elaborado sobre el cobre antes de que se creara El Pachón que podría haber servido”, expresó José Mattar uno de los damnificados previo al recibir sus pertenencias.

Matar no estaba conforme con este acto porque “la entrega debería haber sido frente a las autoridades de la Justicia Federal ya que esto es sólo una pequeña parte de una gran causa que allí se está resolviéndose”.

Ante la notoria falta de pertenencias de los Ingenieros, es que se decidió no retirar las cajas y que el acto se lleve a cabo ante la Justicia Federal y reintegrando la totalidad de las pertenencias de los dos ingenieros.

Minutos más tarde el Decano de Ingeniería, salió a desmentir que haya sido él quien n diera la orden de hacer la entrega de las pertenencias a puertas cerradas. Lo cierto es que el hecho fue irrelevante, ya que se tomó la decisión de no receptar nada sin la presencia de la Justicia.

Carlos Rudolph y José Mattar iniciaron una reparación económica de 20 millones de pesos, entre honorarios y actualizaciones, y una disculpa pública por haberlos acusado de un delito que, la justicia demostró, no cometieron. Ambos fueron denunciados por el ex rector Tulio Del Bono en junio de 1990, sospechados de haber cometido malversación de caudales públicos y peculado, que consiste en la apropiación de dinero, en este caso perteneciente a la Universidad, que estaba bajo su custodia. El tercero denunciado en esa causa, Julio Millán, falleció. Pero en un juicio oral y público, que tuvo lugar y finalizó 18 años después de la denuncia, en noviembre del 2008, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Juan resolvió que los profesionales fueran absueltos.