No se recuerda en San Juan otro evento que haya reunido a lo más destacado del mundo minero argentino, desde los gobernadores hasta los trabajadores, empresarios y proveedores de todas las jurisdicciones con minería. Ni tampoco que haya dejado tanta tela para cortar, tanto por la sorpresiva dureza de los reclamos empresarios a la actual coyuntura política-económica que, a su juicio; ha alejado inversiones y planchado la actividad; como por los esfuerzos de la dirigencia política para calmarlos, sobre todo en vísperas de un recambio presidencial. "’Voy a ir al mundo a buscar las inversiones que necesita San Juan y toda la Argentina para llevar adelante cada uno de los proyectos que están en marcha", les prometió ayer tarde Daniel Scioli junto a su compañero de fórmula, Carlos Zannini, y el gobernador anfitrión, José Luis Gioja, frente al auditorio que se dio cita en el Seminario Internacional Minero que organizó la Fundación nacional DAR, ayer en el Centro Cívico sanjuanino.
En su discurso, el precandidato oficialista trasmitió que si resulta electo en octubre impulsará "un gran desarrollo" de la minería para que "lleguen todos los millones de dólares que esta actividad atrae, más la gran generación de empleo". Fue el primer compromiso del bonaerense hacia el sector luego de sellar el ingreso formal de Buenos Aires a la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) que con la participación de 6 de los 12 gobernadores del bloque deliberó antes del seminario. Zannini agregó que "’hay que buscar el equilibrio”, y respecto a proyectos de aumentar regalías dijo que "’si van a matar la actividad no hay que subirlas, si pueden pagarse es lo mejor, porque les conviene a todos. Hay que buscar un punto de acuerdo con las provincias”.
Pero lo destacado es que la declaración de Scioli llegó tras los cuestionamientos de los empresarios, que representados por 15 cámaras mineras de todo el país firmaron por la mañana una fuerte declaración donde entre otras varias cosas (ver aparte), le piden el futuro gobierno que revise "’las principales herramientas de la política económica, entre ellas la paridad peso-dólar, la inflación, cepo cambiario, las remesas de divisas y el aumento constante de la presión tributaria”. Y agregaron en otro documento que le entregaron a Scioli que no quieren "’más promesas basadas en diagnósticos falsos”, aludiendo a las elocuentes cifras de crecimiento minero que la Nación muestra de los últimos años. Justamente, las mismas que ayer destacó el ministro de Planificación, Julio De Vido; en el discurso que dio minutos antes que Scioli.
"’Los logros alcanzados por la minería en los últimos 12 años son indiscutibles y los resultados lo demuestran en forma contundente”, aseguró De Vido ante los empresarios que lo miraron con gesto adusto. Destacó los "’18.600 millones de dólares acumulados de inversión extranjera directa”, que "’la inversión externa anual se incrementó 6 veces desde el año 2003”, y que "’Argentina exportó productos mineros "por 40.700 millones de dólares”, entre otros. Unos minutos antes, un De Vido molesto por los cuestionamientos empresarios dijo a DIARIO de CUYO "’que escuchen mi discurso, ahí va a estar la mejor respuesta, las cifras de estos años”. "’Cambios no van a haber, van a haber más empresas de servicios, más valor agregado y más política como la que implementó Gioja”. Los empresarios no salieron convencidos. "’Es más de lo mismo, hay oídos sordos”, dijo el vice de la Cámara Minera sanjuanina, Ricardo Martínez, y agregó que "’esas cifras son porque se exploró y descubrió en la década anterior y hoy se explota, ¿y qué vamos a explotar en la próxima década si hoy no estamos explorando ni descubriendo nada?”.
Gobernadores
José Luis Gioja como anfitrión y Eduardo Fellner, como presidente de Ofemi, también dieron sus discursos. Nadie criticó los logros mineros sanjuaninos enumerados prolijamente por Gioja quien remató "’que en 12 años no hubo anormalidad alguna ni contaminación” y destacó estar convencido que "’la peor contaminación es la pobreza y la desocupación”. Fellner por su parte tuvo un tono conciliador que también fue criticado por los empresarios: "’Sabemos que hay mucho en el camino a corregir” y que "encontraremos disidencias y obstáculos, pero estamos dispuestos a consensuar para construir”.

