Luego de que la bodega Cavic quebrara en 1991, distintas gestiones de Gobierno imaginaron y delinearon proyectos para utilizar y aprovechar las instalaciones.

Así se pensó hacer un Centro Cultural y hasta un banco, pero ninguno de ellos prosperó y el predio se convirtió en un depósito judicial que albergó miles de vehículos.

La gestión uñaquista inclusive planeó hacer un segundo Centro Cívico, pero le ofreció el lugar al Poder Judicial, que hace cuatro días aceptó trasladar toda la estructura de Tribunales para darle forma a la futura Ciudad Judicial.

La historia del inmueble comenzó en 1932, cuando el gobernador Federico Cantoni creó la Bodega del Estado y compró el terreno que se encuentra en Capital, en el límite con Chimbas.

Pero no fue hasta 1963 que la administración de Leopoldo Bravo creó la Corporación Agroeconómica Vitícola y Comercial (Cavic) como una salida para la problemática de la época por los excedentes vínicos. La iniciativa terminó nucleando a unos 3 mil viñateros, quienes compraban uva a un precio rentable, lo que fortalecía al sector.

En la década del ‘80, la bodega pasó a ser una cooperativa sin participación del estado, debido a las elevadas deudas que se generaron en la corporación y que derivaron en una denuncia por irregularidades en el manejo de los fondos.

La Cavic entró en quiebra y nunca más fue recuperada, transformándose en un símbolo de una época dorada de la vitivinicultura de lo que queda sólo el edificio.

A partir de ahí, fueron varios los proyectos para reutilizar las instalaciones o reflotar la Cavic, siendo uno de los más ambiciosos el que planteó el gobernador Jorge Escobar en 1997. El mandatario propuso construir un complejo cultural de dos hectáreas con un costo aproximado de 4 millones de dólares.

El nuevo espacio contaría con sala de convenciones, salas menores para reuniones, área de exposición artística, sala de prensa, un museo del vino, confitería y restaurante, entre otras cosas.

Luego fue el turno del cruzadista Alfredo Avelín. En su campaña para ser gobernador, en 1999, adelantó que crearía un banco intermunicipal con la idea de entregar créditos blandos a los agricultores y financiar pequeñas y medianas empresas.

También propuso reflotar la Cavic, pero ninguna de las dos propuestas resultaron viables y fueron descartadas al mes de su asunción.

En la gestión giojista se trabajó para reflotar la bodega, con la idea de que productores pudieran usar las vasijas, pero lo que se logró fue concesionar algunos de esos contenedores de vino a empresas privadas que actualmente hacen uso de parte de las instalaciones.

El gobierno de Uñac definió el futuro de la ex Cavic y ya viene limpiando el predio de los vehículos (ver nota vinculada).