El acto por el Día del Trabajo convocado por la CGT se realizó con una multitudinaria y colorida participación de afiliados y militantes oficialistas y tuvo tres protagonistas excluyentes: Hugo Moyano, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En ese orden.
Por la concurrencia, (según allegados al líder asistieron más de 500 mil trabajadores) la movilización se ubica entre las importantes que logró la central sindical desde el comienzo del gobierno Kirchner en 2003 y sirvió al objetivo de mostrar a la confederación del trabajo como un eje de poder decisivo al interior de Partido Justicialista. Sin embargo las críticas crecieron cuando, desde temprano en la mañana varias avenidas porteñas fueron interrumpidas.
Los globos que expresaban las adhesiones de organizaciones gremiales sobreabundaron en el cielo que rodeó el escenario, mientras los carteles torturaron durante la hora que tardó el acto a todos los que estuvieron más allá de los primeros cien metros.
Los participantes aplaudieron con entusiasmo algunas propuestas de Moyano, como el reclamo de distribución de ganancias empresarias, pero no acompañaron con cánticos y entusiasmo el pedido de reelección de la presidenta Cristina Fernández, que el jefe de la CGT guardó como punto emotivo final.
El acto comenzó con una sorpresiva oda de alabanza personal a Hugo Moyano, leída por el vocero de la central, Juan Carlos Schmid, y continuó con una nota de adhesión al acto de la presidenta, centrada en el trabajo político de su esposo Néstor Kirchner.
En todo este marco, los automovilistas, se vieron trastornados al tener que cambiar su camino por el corte de varias avenidas céntricas que causó el acto.