Pese a la naturalidad con que la mujer abrió el preservativo y lo colocó en el miembro de madera, el cuadro provocó -por qué no admitirlo- cierta sorpresa en la habitación. Alguna que otra broma pícara sirvió para aflojar la tensión tácita, no blanqueada, pero tensión al fin. Las preguntas brotaron con efervescencia, a continuación.
Quedó demostrado: es mucho lo que no se sabe acerca del método-barrera utilizado con mayor frecuencia para prevenir embarazos no deseados y, especialmente, enfermedades de transmisión sexual. Aún genera polémica por su colisión con los principios religiosos de la comunidad católica. Eso sin contar su inmediata asociación a una vida sexual sin tabúes ni restricciones, desafiante ante la pudorosa mirada de los círculos más conservadores de la sociedad.
La promotora de salud Alejandra Ponce continuó su exposición, con palabras claras, acerca del cómo y el porqué del profiláctico. Dijo que lo recomienda tanto a hombres como a mujeres. Y que su uso es "obligatorio" incluso desde la fase previa al acto sexual. Sólo así hay garantías de que estén protegidas ambas personas. Y que los juicios de valor queden para la intimidad de la alcoba de cada quien.
El ámbito de trabajo de Alejandra es el Centro de Salud Di Stéfano. Y su comunidad de influencia es el populoso Barrio La Estación, en Rawson, donde los bolsillos flacos y, en algunas ocasiones, la violencia, combinan mal para la formación de los chicos que despiertan a la vida sexual.
Sin contar los embarazos no deseados, ni las numerosas enfermedades venéreas, posiblemente el fantasma más atemorizante sea el del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (Sida)
En San Juan, el Ministerio de Salud de la provincia difundió las últimas estadísticas al conmemorarse el 1 de diciembre pasado el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Durante 2009 diagnosticaron 67 nuevos casos de VIH, para sumar un total de 236 sanjuaninos portadores del virus desde 2005.
En Argentina, estimaciones oficiales indican que hay alrededor de 120.000 personas infectadas con el virus. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el país tiene una "epidemia concentrada": la prevalencia en la población en general es menor al 1 por ciento, pero existen algunos grupos en los que esa prevalencia sube al 5 por ciento.
El informe de Salud de la Nación cita "distintos estudios" que han determinado el grado de prevalencia en los siguientes grupos: travestis-transexuales, 34 por ciento; homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, 12 por ciento; usuarios de drogas, 5 por ciento; y trabajadores sexuales, 5 por ciento.
En todos los casos, se estima que el 50 por ciento de los portadores del VIH desconocería su condición. Por lo tanto, podría mantener relaciones sexuales riesgosas para otros. Cabe decir, entonces, que los 236 sanjuaninos infectados son únicamente los casos conocidos, y que habría otro número semejante de personas portadoras del virus que no lo saben. Habrá que obviar las bromas pícaras, entonces. En esto, lejos del humor, prima la responsabilidad.