Fueron veinte minutos que no dieron respiro, con un intenso y entretenido ida y vuelta que una vez más demuestra lo cómodo que le sienta San Juan. Cristina no vino, pero igual inauguró la fábrica Vesuvio, el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson y dos escuelas. Lo hizo a través del sistema de videoconferencia desde la Casa Rosada, desde donde piloteó cada enlace satelital. De interlocutor lo tuvo a José Luis Gioja, que del entusiasmo pasó a la euforia cuando la jefa de Estado le juró que visitará la provincia a mediados de octubre.
“Decime Flaco, ¿cuándo te imaginaste que ibas a tener una fábrica de Lacoste en tu provincia”, tiró Cristina bromeando. Así, tecnología mediante, la Presidenta abrió el acto que el Gobierno sanjuanino organizó en Vesuvio, la planta industrial que confecciona ropa de esa marcha y que fue el epicentro del contacto con Capital Federal ayer en la tarde.
De este lado de la pantalla, la cita contó con decenas de funcionarios y empresarios y el colorido que pusieron los ruidosos militantes de la Juventud Peronista y los más de 350 empleados de la firma textil, que se tomaron una corta licencia para seguir atentamente las alternativas. Del otro lado, la Presidenta estuvo acompañada por su compañero de fórmula, Amado Boudou, entre otros funcionarios, y se mostró más relajada que nunca (ver página 4).
Cristina tenía previsto venir a San Juan el martes en la noche para quedarse hasta ayer, pero la visita se derrumbó cuando desde la Presidencia informaron que el vuelo se había cancelado por las cenizas volcánicas. “Lamentamos muchísimo que no haya podido estar con nosotros, pero está en nuestro corazón”, le dijo el Gobernador a los pocos minutos de verla por las pantallas que se instalaron en la firma textil que está en Pocito. Antes, ella había bromeado diciéndole al gerente de Vesuvio que “no se acerque al gobernador, que es muy manguero”, en alusión a los permanentes pedidos que le hace de obras y financiamiento nacional.
La videoconferencia con San Juan tuvo tres enlaces: la fábrica, el Museo de Bellas Artes y la escuela Héctor Conte Grand, en Rawson, en donde dos nenas le agradecieron por las nuevas instalaciones y la hicieron emocionar (pág. 5).
Mientras la escuchaba, Gioja se apuró en contarle de la tecnología del nuevo museo y la invitó a venir para dentro de un mes y medio, para la primera muestra artística. “Juro que voy a ir, juro que la próxima vez que pise San Juan voy a Lacoste y al museo” contestó Cristina para desatar el festejo de la militancia y los trabajadores de la textil.
Tan distendida se la vio, que hasta el Gobernador se animó a interrumpirla con “escuche un cachito”. Le reiteró que la invitación es para mediados de octubre, a lo que la jefa de Estado contestó “juro, hecho, está cerrado”. “Escuchame, aquí voy a tomar la palabra…voy a ir porque me parece que es una maravilla, trabajo y arte, me encanta”, agregó Cristina, calmando la ansiedad giojista y confirmando que hará pie en San Juan antes de las elecciones generales.
Antes de despedirse con un breve discurso, la Presidenta entabló contacto con Chaco, donde la esperaba Jorge Capitanich y el lanzamiento de la Fiesta Nacional de Semillas. El chaqueño, a la risas, le pidió que le diera el mismo tiempo que tuvo Gioja.

