El resultado de las elecciones legislativas de este domingo delineará la carrera presidencial para el 2011, el perfil de la gestión del gobierno de Cristina Fernández, pero fundamentalmente marcará el rumbo de las tres principales fuerzas políticas del país: El resultado de hoy podría consolidar al PJ como el partido dominante, instalar al Acuerdo Cívico y Social como primera fuerza opositora del país, o alumbrar el nacimiento de una proyección nacional del macrismo. Pero cada uno tiene pros y contras para enfrentar este desafío.
Para seguir siendo la primera minoría del país, el PJ, en el gobierno desde 2003, apuesta todas sus fichas a los 10.335.398 de votos de la provincia de Buenos Aires. La fortaleza de la corriente dominante hoy en el peronismo, el kirchnerismo, es el conurbano bonaerense como el partido de La Matanza. Hace siete años el distrito fue duramente castigado por la mayor crisis social y económica en la historia del país y los opositores denuncian que desde entonces La Matanza recibe excesivos subsidios estatales con el objetivo de mantener a sus 1,3 millones de habitantes leales al oficialismo.
Este acompañamiento de clamor y votos tiene sus cimientos en la fidelidad al matrimonio presidencial de la mayoría de los intendentes del conurbano bonaerense.
Una fortaleza histórica del PJ es que tiene estructura partidaria consolidada en todo el país. Pero al mismo tiempo, los peronistas siempre están a tino de otra interna.
Esa puja, aunque tibiamente, ya está instalada y tienen de un lado a los jefes peronistas de la región centro que se apresuraron a defender la candidatura presidencial de Carlos Reutemann.
En el entendimiento confluyen el entrerriano Jorge Busti, principal marionetista del grupo, los cordobeses José Manuel de la Sota, Juan Schiaretti, y los santafesinos Reutemann y Jorge Obeid. Del otro, el eje Eduardo Duhalde con Mauricio Macri, donde se gesta una alternativa de poder que, según temen, podría llevarse consigo a gran parte del Justicialismo.
Perder la mayoría en el Congreso, agitaría aún más las aguas, aún en un contexto en el que el conflicto con el campos está aún sin resolverse.
El ACS
El objetivo de hoy del Acuerdo Cívico y Social es posesionarse como la principal fuerza opositora a nivel nacional por su presencia en casi todo el país. Sin embargo, de los resultados dependerá la suerte hacia la carrera presidencial de sus tres aspirantes: Binner, Cobos y Carrió.
Si Rubén Giustiniani vence a Reutemann en Santa Fe, Binner reclamará la candidatura presidencial del espacio en el 2011. Si triunfa en Mendoza, Cobos se convertirá también en un precandidato presidencial por el Acuerdo.
Distinta es la situación de Elisa Carrió. Si ingresa como tercera diputada nacional, aún si quien triunfa en Capital Federal es Gabriela Michetti, podrá exhibir un logro. Pero si ni siquiera obtiene esa banca, su suerte dependerá de la suerte de Binner y Cobos. Además, cuenta con otros datos desfavorables a la hora de encabezar el frente. Tiene una mala relación con Cobos; la UCR buscará que un radical -Cobos- sea el candidato presidencial y no repetir la experiencia de Roberto Lavagna; y Binner tampoco siente que Carrió pueda representar al Socialismo e elecciones presidenciales.
El macrismo
El mayor capital político de Mauricio Macri es el propio Macri. Un empresario exitoso, con amplia, probada y reconocida capacidad de gestión. Y su mayor flaqueza la falta de estructura partidaria a nivel nacional con supremacía sólo en el distrito porteño, que representa el 9% del total del país con más de 2.500.000 electores. La carencia de presencia en el país condena a Macri a ser peronista dependiente, ya que para proyectarse a todo el mapa necesita de la alianza con el peronismo disidente y anti K.
Por eso, Macri depende de una ruptura en el peronismo, la permanencia de Kirchner en el liderazgo del PJ o bien que el Justicialismo no consensúe un candidato presidencial para el 2011. De lo contrario, ya ha deslizado en privado que esperará al 2015 para pelear por la presidencia.
En el último mes, el jefe de gobierno reclamó a la cúpula del PRO un esfuerzo supremo para llevar los sufragios al 40% en Capital, y así quedar mejor posicionado para el 2011. Pero esa aspiración hoy parece desmesurada e inalcanzable, al menos hasta que se abran las urnas.
El Macrismo sólo compite en Capital y Buenos Aires, pero está ausente en los otros grandes distritos.
En Misiones se presenta aliado a Unión-Pro y en un acuerdo pluripartidario con el sanjuanino, Mauricio Ibarra, y en otras provincias apoya a candidatos de otros partidos.
