Buenos Aires 22 de mayo.- A dos años de su casamiento con Leo Fariña, a Karina Jelinek le tocó atravesar una de las pruebas más difíciles de su vida: apoyar a su marido en medio de un escándalo de corrupción y lavado de dinero. Pero ella se mantiene firme.

"Pasé los días más espantosos. No podía dormir, no salía a la calle, no quería comer, ni hambre tenía. Sólo lloraba". Así describió la modelo sus primeros días luego de la denuncia que se realizó en el programa de Jorge Lanata.

"Llegué a pensar que esto le estaba pasando a otra persona, pero cuando caía a la realidad, nadie me saca del pozo. Soy una mujer-niña con el corazón transparente", dijo a Gente.

Hoy en día, aún exige las supuestas pruebas que condenarían a su marido, y hasta tanto no aparezcan, ella sigue confiando en Leo, quien le repite en todo momento que ya llegará el día de explicarlo todo.

"Hay temas muy delicados. También está la supuesta paternidad que hay que comprobarla. No quiero opinar sobre cosas tan sensibles. Leo está mi piel (lleva un tatuaje con su nombre) y en mi corazón y yo sigo casada. No hice ninguna averiguación para divorciarme como se dijo", agregó.

También aclaró que si bien no viven juntos, se siguen viendo y van a cenar: "Lo que más extraño es llegar a casa y verlo. Me siento solita".

Pero todo ese mal momento que casi la mata, hoy la hizo más fuerte: "Sentí que me moría, pero hoy me siento invencible. Crecí, me hice más fuerte y no quiero dar lástima", concluyó.