Buenos Aires, 16 de mayo.- Cuando estaba hablando con dos vecinos que caminaban con sus perros, una ráfaga le levantó la pollera. Como pudo, volvió a poner la prenda en su hogar.

Pero parece que no le molestó mucho mostrar porque luego se agachó y regaló una vista más de cola mientras jugaba con una de las mascotas.