Buenos Aires, 20 de septiembre.-La película argentina "El secreto de sus ojos", dirigida por Juan José Campanella y protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil, cosechó admiración y aplausos en el público que asistió a su primera proyección en el Festival de San Sebastián, donde es el único crédito argentino y latinoamericano que compite por la Concha de Oro.

Habrá que ver qué sucede con las otras películas de la competencia, pero si la intensidad de los aplausos, las emociones y la sensación de bienestar que causó entre la gente pudieran medirse en términos concretos, seguramente el nuevo filme del autor de "El hijo de la novia" y "Luna de Avellaneda" sería el claro ganador del premio del público del certamen.

Es que la excelente química que se produce entre Campanella, Darín y Villamil en "El secreto de sus ojos" -y que recuerda a la que ya habían demostrado hace diez años en "El mismo amor, la misma lluvia"- provoca gran aceptación entre los espectadores y genera un enorme interés en periodistas y fotógrafos, tal como quedó demostrado en la rueda de prensa posterior a su proyección.

Basada en la novela "La pregunta de sus ojos", de Eduardo Sacheri, y con guión del propio escritor y Campanella, la película es un rotundo éxito de taquilla en la Argentina, donde la vieron casi un millón y medio de personas, cuenta además con las actuaciones de Pablo Rago, Guillermo Francella y Javier Godino, y llegará a las salas españolas el próximo 25 de setiembre.

Modesto y de muy buen humor, Campanella recordó que antes del estreno del filme "tenía miedo por los prejuicios que existen generalmente. Siempre pienso que va a ser un desastre y por eso digo que en el cine no existe la felicidad, sino el alivio.

Nunca esperamos que la película funcionara tan bien en la Argentina, ya que incluso superó al éxito de ’El hijo de la novia’".

En ese sentido, Villamil agregó que "es muy notable lo que le sucede a la gente con la película. Y tanto en el entorno cercano como en la calle se recibe mucho agradecimiento por las vivencias que transmite.

La novela que escribe Espósito es la historia una violación seguida de muerte ocurrida en Buenos Aires en 1974 y de la difícil investigación para hallar al culpable, pero al mismo tiempo esas memorias lo llevan a reavivar un amor nunca concretado con su jefa y compañera de trabajo, una mujer fuerte y vital encarnada por Villamil.

Campanella vuelve a recorrer con éxito un cine popular con fuerte marca de autor para proponer una historia sobre la pasión, la justicia y la necesidad de cerrar las heridas y corregir los errores del pasado, y admite además "una gran influencia del cine italiano para lograr el humor en situaciones dramáticas".

En relación al título del filme y a la importancia que los ojos tienen en él, el cineasta señaló que "la diferencia del cine con las otras artes son los ojos y la posibilidad que te da de poder mirar dentro de ellos. Quería narrar una película con los diálogos y otra con los ojos, ese fue el gran desafío".