Griselda Siciliani es de esas mujeres que siempre se animan a más. En lo profesional, pegó el salto de sus risueños personajes de Educando a Nina y Sugar a la oscura y misteriosa Helena, que interpreta en Morir de amor, el nuevo unitario deTelefe (miércoles 23.30 hs, y temporada completa en Flow y Cablevisión On Demand).

Y en lo personal no se queda atrás: la actriz dice lo que piensa, no le teme a la polémica y va al frente a la hora de defender lo que cree, como ocurrió este año con la causa de la legalización del aborto.

Así, espontánea y “muy tana” -como se definirá ella misma-, Griselda se entregó a una charla íntima en la que no esquivó ningún tema: su esperado regreso a la televisión, la soltería y las múltiples maneras que hay de amar.

- Tu vuelta a la tele se da con Morir de amor, una ficción sumamente distinta a Educando a Nina, que había sido tu último trabajo.

- Sí, ¡es muy distinto! Lo más distinto que podía haber, Telefe lo encontró y me lo trajo. La idea del canal era justamente esa: que volviera a hacer tele con algo que fuera incomparable a Nina, que fue una experiencia única. Es una propuesta tan alejada a Nina, que enseguida me gustó. Me metí en un lenguaje diferente, de suspenso y drama.

- ¿Seguirá tan oscura como parece la historia?

- Sí, es súper oscura y por momentos muy luminosa también porque hay algo de meterte tan abajo que de repente encontrás agua. Hay imágenes bellísimas, poéticas y con humor incluso. Entonces, de golpe, se pone lúdico.

- ¿Cómo hacías después de interpretar escenas tan duras para llegar a tu casa y sacarte esa mochila y volver a la cotidianidad, jugar con tu hija Margarita?

- Pensé que no me iba a pasar, pero hubo días en los que me costaba volver a ponerle humor a la vida. Por ahí había estado diez horas con una escena en mi cabeza, de muerte y enfermedad, y me quedaba como una herida, que me preguntaba de dónde me quedó. Y me había quedado de estar toda una semana pensando en esto. Después hay otras escenas que son mucho más de juego y locas, en las que relajaba un poco. Pero es una serie que no tiene mucho respiro, que no tiene muchas escenas de transición livianas, todo el tiempo está pasando algo tremendo.

- Hay muchas escenas de sexo también, ¿cómo te manejás?

- Bastantes y fuertes. Yo tengo algunas, mi compañero Esteban Bigliardi y las actrices invitadas de cada capítulo tienen muchas escenas de sexo. A mí un poco me divierten. Son escenas que te ponen muy incómoda antes de filmarlas; me da un poco de malhumor antes de hacerlas porque sabés que tenés que exponerte, poner el cuerpo y el alma donde hay mucha gente y es algo muy íntimo. Pero en este programa las escenas fueron de mucho vuelo, no eran escenas cotidianas de sexo y la verdad es que era muy divertido hacerlas. Porque son rarísimas, por lo menos las que me tocaron a mí. Mi personaje freekea en el costado sexual, ella va hacia un lugar que está buenísimo y que para actuarlo está genial. En ese sentido, para mí fue un premio poder hacer todas esas cosas.

- El título del programa habla de amor y a vos hace dos años, desde tu separación de Adrián Suar, que no se te conoce un amor. ¿Estás sola?

- ¡Ah viste! Sí, estoy sola.

- ¿Estuviste soltera estos dos años o tuviste tus historias que no quisiste que se conocieran?

- Bueno, todos tenemos historias todo el tiempo. ¡Sobre todo los que estamos solteros! No ando contando mucho de mi vida. Pero estoy soltera.

- ¿Disfrutás de la soltería?

- Sí, mucho. La paso muy bien. Viajo, aprovecho cuando Margui viaja con el papá para viajar en esos días. Hacemos también al revés con Adri y viaja él. Por suerte, tenemos un acuerdo en ese sentido y nos vamos ayudando los dos, cada uno con sus tiempos y sus trabajos. Eso está buenísimo y es nuestra prioridad. Sí, la paso muy bien.

- Todo el mundo habla del poliamor luego de que Florencia Peña revelara que tiene ese tipo de relación, ¿te ves en un vínculo así?

- Habría que ver qué es eso. Por lo que veo que lo plantean, entiendo que es una relación en la que consensuadamente los dos saben que van a tener experiencias con otros... y yo no me veo preparada. Mi naturaleza es más tana, ¡tanísima! El otro día hablaba con Flor, que todo esto salió a partir de ella, y le decía que es una genia. Porque ella sale de un montón de situaciones donde se la pone en el centro de la tormenta de una manera inteligente y con mucho humor. Yo la quiero mucho. Me parece que es alguien muy evolucionado con muchas cosas, le han pasado muchas cosas en la vida, es fresca, abierta y le pasan estas cosas. Cuando la juzgan, no entiendo mucho por qué se meten con ella.

- ¿Y vos no te ves tan abierta?

- Me veo... rara. Ojalá pudiera. Pero por ahí también depende con quién, tal vez te encontrás con un alguien que te da para esa relación. Me parece que entre dos personas, tres o como sea el grupo afectivo, está permitido todo. Todo está bueno. Son mundos, no hay por qué meterse, ni opinar o juzgar. Cada uno, que haga lo que le guste y lo haga feliz.