La portación de apellido históricamente siempre ha sido considerada como el talón de Aquiles en todos aquellos famosos que por temas generacionales conservan la popularidad en base a sus padres, hermanos o abuelos. Es el punto vulnerable, la llaga  en la que los detractores buscan poner sus dedos, por entender que es el punto donde los golpes duelen más. Lo está viviendo, por ejemplo, Yanina Latorre. El meteórico crecimiento de la panelista ha despertado curiosidad en sus rivales, y cuando la tienen que atacar no le reconocen méritos por su locuacidad, su frontalidad y sus fuentes de información.

Le van por otro lado. El que más le molesta a la esposa de Diego Latorre: le achacan que llegó a ser panelista televisiva por ser la pareja del ex número 10 de Boca y actual comentarista deportivo de Fox Sports. Cada vez que se lo refriegan, Yanina hierve, aunque últimamente se fue acostumbrando y de antemano sabe que no pueden pegarle por otro lado. Aprendió a convivir con eso.

Es justamente lo que está intentando conseguir Zaira Nara (30). La modelo, hace tiempo, tuvo que aceptar las reglas del juego y asimilar que parte de su carrera se la debe a su hermana, Wanda (30), la más mediática y rebelde de las dos. Cuando la mujer de Mauro Icardi dio sus primeros pasos en el terreno de los escándalos, protagonizando amoríos con diversas figuras del espectáculo (entre ellos Diego Maradona) y hasta filmando un video casero en el que supuestamente le estaba realizando sexo oral a un hombre, a Zaira, dicho respetuosamente y sin ánimo de ofender, no la conocía nadie. Sin embargo, casi de manera paralela al crecimiento de Wanda en materia patrimonial (primero casándose con Maximiliano López y más tarde contrayendo matrimonio con Mauro Icardi), Zaira también fue progresando.

Por supuesto, con un perfil completamente distinto al de la rubia, aunque con el mismo olfato para aproximarse a candidatos bien acaudalados, como Juan Pico Mónaco, Diego Forlán o el propio Jakob von Plessen, este último, padre de su hija Malaika. Recientemente, Zaira contó que no le quedó otra alternativa que asumir que lo suyo, por lo menos en el inicio de su trayectoria en televisión, en parte se lo debe a Wanda.

“Hago tres horas de tele por día y la gente todavía me identifica como la hermana de…  No me molesta para nada, porque cuando tenés alguien tan pero tan fuerte como Wanda, es normal que eso ocurra”.Zaira, coconductora de Morfi, todos a la mesa, sabe perfectamente dónde está parada. Cuánto le pertenece y cuánto le adeuda a Wanda. En definitiva, ninguna de las dos se puede quejar. Con defectos o virtudes, llegaron a materializar sus objetivos: ser bellas, ricas y famosas.