Buenos Aires, 6 de junio.- La actriz Mónica Antonópulos brilló junto a Facundo Arana en la novela "Vidas Robadas" y participó en muchas otras producciones, pero recién ahora el público verá a su verdadero ser. ¿Por qué recién ahora? Porque la actriz se animó a sacarse las lolas postizas.

Aunque el público la conoció todavía más curvilínea de lo que quedó tras la cirgugía de reducción de busto, Antonópulos asegura que ahora parece "más natural". Justo cuando todas las chicas intentan aumentar sus atributos para las cámaras, Antonópulos renunció a sus implantes de siliconas, tal como declaró a la revista 7 Días.

De hecho, gracias a que alguien se enteró de que estaba visitando una clínica para hacerse estudios, empezó a correrse el rumor de que estaba esperando su primer hijo junto a su novio, el actor Coraje Ábalos. Pero no, explica la actriz, eran los pre – quirúrgicos.

Ahora que volvió a su versión original, es como si Antonópulos estuviera con las pilas recargadas y está lista para trabajar, aunque duda sobre cómo tomarán los productores su nueva imagen: "si les molesta no puedo hacer nada", expresó a la revista.

Amante del mate y consumidora de galletitas light, Antonópulos sostiene que no es hippie ("¿Qué pensarían los verdaderos hippies si me vieran con un auto ?", se pregunta), pero reconoce que no tiene tarjeta de crédito no por "una excentricidad", sino porque siente aversión a los trámites bancarios.

Eso, sumado a que se animó a volver a su cuerpo básico, la hace cuando menos un poquito hippie.