Buenos Aires, 7 de junio.- Amy Winehouse tuvo esta semana una de sus noches más locas de su vida. La cantante, que hacía mucho que no protagonizaba ningún escándalo, se emborrachó en una fiesta que compartía con amigos, se soltó el pelo y terminó besando a medio bar.
La diva no distinguió entre hombres y mujeres a la hora de intercambiar arrumacos. Pero no tuvo suficiente con mostrarse muy cariñosa con las personas durante toda la noche, sino que además también quiso lucir su cuerpo.
Así, terminó mostrando su escote a todo el mundo gracias a los bailes tan provocativos que se marcó. Eso claro, después de haber padecido las complicaciones médicas posteriores a los implantes mamarios que adquirió algunos meses atrás.
La juerga coincide precisamente con su aparente estabilidad. De hecho son muchas las fuentes que apuntan a que lejos de tener intención de volver con su ex marido, Amy Winehouse tiene un nuevo novio formal.