Llegan los primeros calores y las botellitas con agua aparecen de pronto en la mano de la gente como si sólo hubiera que hidratarse en la primavera y el verano. Lo cierto es que hay que hacerlo todo el año. El tema es que no todo el mundo tiene el hábito, y muchas veces es reemplazada por las conocidas aguas saborizadas. ¿Es aconsejable? Lo responde Florencia Peláez, nutricionista (MP 561), especializada en Nutrición Deportiva.

‘Lo primero que hay que saber es que las denominadas aguas saborizadas son productos industrializados y procesados que contienen carbohidratos simples y azúcares igual que las gaseosas. En pocas palabras nada reemplaza al agua’, explica Florencia.

Claro que los octógonos ubicados en la etiqueta previenen de los excesos y eso hay que tenerlo en cuenta. ‘Se suele engañar pensando que estas opciones tienen menos azúcar que la gaseosa, y a veces contiene lo mismo. Ese aporte de azúcares simples genera una respuesta muy dañina al elevar de repente la glucosa en sangre y por lo tanto, también la insulina. Si se le genera al cuerpo este trabajo brusco de manera frecuente, se pueden producir fallas en el metabolismo, teniendo una insulina que empiece a no responder adecuadamente, además de otras consecuencias para la salud como el aumento de la grasa corporal. Además, el tipo de azúcar que contienen no es la común de mesa, sino que son formas industriales que afectan aún más’, agrega.

Los especialistas aseguran que las bebidas azucaradas tanto en su versión saborizada estándar, como en la energizante, son perjudiciales para la salud dado que en su apariencia parecen saludables, pero su consumo diario sistemático pueden producir alteraciones hepáticas, hígado graso, aumento de los triglicéridos, obesidad, intolerancia a la glucosa, diabetes y caries.

Peláez expresa que ‘aporten o no aporten calorías, estas aguas saborizadas siguen siendo una gaseosa, vendida bajo una denominación saludable que no contienen. Estas bebidas tienen muchos aditivos, conservantes, algunos edulcorantes artificiales de mala calidad perjudiciales para nuestra salud y aportan muy poca cantidad de la fruta con la cual son saborizadas. Por lo tanto, es muy importante que las mismas no reemplacen nuestro consumo de agua en el día a día. Siempre la recomendación va a ser consumir agua potable a diario’.

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¿Cuál sería la opción saludable según los expertos?

Para aquellos que no pueden tomar agua ‘sin color y sin sabor‘ hay algunos trucos saludables que calman esas ansias o deseo, ‘Una de ellas es exprimir un limón o una naranja, o ambas, agregar  agua o soda, sobres o gotitas de Stevia. También se pueden incorporar unas hojitas de menta machacadas. Se deja reposar unos minutos y el agua saborizada, súper saludable está lista’, indica Florencia.

Por supuesto que esta receta se puede reemplazar con diferentes frutas para hacerla más agradable.

Etiquetado frontal

Desde el ámbito de la salud y distintas organizaciones lucharon mucho para conseguir la Ley de Etiquetado frontal que parece haberse naturalizado, sin aprovechar sus beneficios. La cotidianeidad habría jugado en contra por lo que vale la pena recordar que los sellos obligatorios en la cara principal de los alimentos y bebidas analcohólicas envasadas y comercializadas con nutrientes críticos y valor energético superior a los establecidos por ley deben incluir sellos de advertencia.
Uno de gran relevancia es el que indica si contiene edulcorantes. En este caso destaca que no es recomendable para niños/as. Una razón aún más fuerte para evitarlo en este segmento de la población.