Si una persona tiene la costumbre de salir a correr, es posible que contagie su hábito a sus amigos. Así lo apunta una investigación de la Sloan School of Management del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Cambridge (Estados Unidos), que concluyó que los patrones de actividad física se contagian entre conocidos, algo que ya se había observado en otros parámetros de salud como el tabaquismo o la obesidad.

Los científicos elaboraron un modelo a partir de los datos de más de un millón de runners de todo el mundo, usuarios de una red social asociada a dispositivos GPS que registran los recorridos, velocidades y calorías consumidas durante las sesiones de ejercicio. Después de correr, los corredores pueden analizar sus cifras y compartirlas con los amigos a través de la propia aplicación y de Facebook y Twitter. En total, el conjunto de los runners examinados corrió más de 350 millones de kilómetros en cinco años.
Según el nuevo modelo, que publica la revista Nature Communications , por cada kilómetro que una persona sume a su rutina, sus amigos añadirán unos 0,3 kilómetros a las suyas. También se contagian de forma similar la velocidad y la duración de las sesiones.

Sin embargo, el efecto que ejercen los amigos en los hábitos de ejercicio no es siempre igual. Por ejemplo, el estudio reveló que los hombres tienden a provocar una gran influencia, pero sólo entre compañeros del mismo género. Entre los corredores masculinos, las costumbres de las amigas también tienen un peso moderado, pero en cambio a las mujeres sólo se les contagian los hábitos de compañeras femeninas, también de forma moderada. Así, las rutinas de los hombres sólo afectan a las de otros hombres, mientras que las mujeres influyen en ambos géneros.