Adoptar buenos hábitos para dormir es determinante para cuidar la salud del organismo. Tener un sueño reparador les brinda al cuerpo y al cerebro la posibilidad de recuperarse del estrés del día. Esto ayuda a las personas a sentirse más alerta, optimistas y a tener una mejor calidad de vida, dicen los expertos.

El sueño es clave para la protección del sistema inmunológico, ya que mientras se duerme el organismo lleva a cabo las funciones necesarias para mantener su equilibrio. En este proceso el sistema inmune aprovecha para regenerarse y fortalecerse en sus funciones contra las toxinas y los gérmenes.

Durante el sueño también se da un restablecimiento de energía, eliminación de radicales libres, regulación endocrina y de la actividad eléctrica cortical, consolidación de la memoria y redistribución celular con aumento y activación de linfocitos T en nódulos linfáticos, indica el portal Scielo, biblioteca electrónica de revistas científicas.

El sueño es tan importante como alimentarse de manera adecuada, llevando una dieta equilibrada y haciendo ejercicio con regularidad. Aunque las horas de sueño y su calidad dependen de las edades, si se le quita al menos una, dos o tres horas a esta rutina es suficiente para reducir la efectividad de importantes células inmunológicas que se estimulan cuando las personas duermen, indica el Instituto Europeo del Sueño.

Lo recomendado es que los adultos duerman entre siete y ocho horas cada noche para una buena salud y funcionamiento mental y los niños, dependiendo de la edad, deben hacerlo entre 16-18 horas, si son recién nacidos; de 11 a 12 horas si están en etapa preescolar; 10 horas si ya están en la escuela y los adolescentes deben dormir entre 9 y 10 horas.

Cuáles son las consecuencias de dormirse tarde todos los días:

Obesidad

El portal Mejor con Salud cita un estudio realizado por el Colegio Médico Weill Cornell (Qatar), el cual sugiere que no se debe ignorar la hora de acostarse. “Con solo aguantar 30 minutos de sueño cada noche se podría obtener un aumento de peso y resistencia a la insulina”, precisa la citada fuente. La investigación contó con 522 participantes. Las personas que tardaban más en conciliar el sueño eran un 72 % más propensas a ser obesas, en comparación con quienes dormían antes.

Pérdida de apetito sexual

La falta de sueño puede incidir en las relaciones sexuales. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Michigan (Estados Unidos) se demostró que, entre las mujeres, la duración del sueño tiene relación con un mayor deseo de tener relaciones sexuales. Según Mejor con Salud, los resultados del análisis mostraron que una hora más de sueño hacía que las mujeres experimentaran un aumento del 14% en la probabilidad de tener relaciones el día siguiente.

Aumento de presión arterial

Otra investigación, en este caso realizada por la Clínica Las Condes (Chile), afirma que quienes se exponen a cortos periodos de sueño, tienen mayor posibilidad de tener un aumento en la presión arterial durante la noche. Para los expertos, este tema es delicado pues indica que el corazón trabaja más de lo que debería durante el período de descanso.

Diabetes

La Biblioteca de Medicina de Estados Unidos advierte que cuando una persona se acuesta muy tarde y no duerme las horas recomendadas, esto puede ocasionar diabetes debido a que el cuerpo no controla de igual forma los niveles de azúcar en la sangre.

Contagio de resfriados

Acostarse tarde también lleva a que el sistema inmunológico se debilite lo que ocasiona que el organismo esté más expuesto al desarrollo de resfriados y le cueste más mantenerse saludable.