Si sos de los que sale a hacer ejercicio a la mañana, seguramente logres muchos beneficios para tu salud física y mental en el día a día. La actividad matutina no solo ayuda a estar en forma sino a prevenir padecimientos como el estrés que puede causar la cantidad de obligaciones y responsabilidades diarias de las personas.

Salir a correr, a caminar, a andar en bicicleta, ir al gimansio o nadar en la pileta del club más cercano a tu casa siempre son opciones viables. Tal vez, si tu energía es baja, el ritmo de tus movimientos no sea muy acelerado, pero podrías utilizar ese espacio para ir encendiendo de a poco tu cuerpo para afrontar lo que quede de día.

La rutina física en horas de la mañana no solo mejora la capacidad de oxigenación sino también el funcionamiento de los órganos, músculos y tejidos del cuerpo, lo que genera un mayor bienestar. Además, acelera el metabolismo, posibilita una quema calórica mayor que la regular y, en consecuencia, la reducción de peso.

Pero los puntos favorables no terminan. Una investigación de la Universidad Estatal de Appalachian (Estados Unidos) reveló que realizar deporte temprano reduce la presión sanguínea y posibilita un mayor tiempo y calidad en el descanso.

"Todos los casos de las personas que se ejercitaron a las 7 de la mañana experimentaron una reducción del 10 por ciento de la presión arterial que llevarán el resto del día. También tenían alrededor de un 25 por ciento de inmersión en la presión arterial durante la noche, y una vez dormido, tenía ciclos de sueño más beneficioso que cuando hacían ejercicio en otros horarios", explicó Scott Collier, autor del trabajo.

Los 5 beneficios de ejercitarte temprano

Ayuda a quemar más grasa. Cuanto antes te actives, más rápido será el funcionamiento de tu metabolismo. Puede acelerarse durante horas y, de ser así, luego de entrenar durante la mañana quemarás grasas durante todo el día.

Mejora el humor. Por medio del ejercicio se liberan endorfinas, las hormonas de la felicidad, que nos posibilitan estar alegres, calmar los dolores, frenar la ansiedad, liberar tensiones y reducir el estrés.

Optimiza la oxigenación. A través de la formación de nuevos vasos sanguíneos, el deporte colabora con la nutrición del cerebro y la formación de nuevas células nerviosas que mejoran la memoria y las capacidades cognitivas.

Incrementa la calidad del sueño. Con la práctica de actividad física a horas tempranas, se puede incrementar el tiempo y la calidad del descanso nocturno para recuperar energías de cara al día siguiente.

Regula el apetito: El ejercicio matutino colabora en la continuidad de la quema de calorías tras el desayuno y la digestión. También influye sobre el ritmo circadiano, es decir, el "reloj biológico" humano, que regula las funciones fisiológicas del organismo. Así, se puede controlar mejor la sensación de hambre durante el resto del día.