Un grupo de científicos de la Universidad de Toronto, en Canadá, desarrolló parches inyectables que pueden servir para reparar el tejido de órganos que haya resultado dañado. Así lo publicó ayer la revista científica Nature: según el texto, los parches podrían ayudar a regenerar tejido sin tener que atravesar tratamientos invasivos. Y aunque aún no han hecho pruebas con humanos, el equipo de ingenieros biomédicos que trabajó en la investigación se entusiasma con los resultados obtenidos tras tres años de trabajo en el laboratorio.
 

El parche, según la descripción en Nature, es una especie de "tirita" un poco más chica que una estampilla postal. Podría servir, por ejemplo, "para tratar un corazón dañado por un infarto de miocardio a través de la regeneración celular sin que haga falta una cirugía a corazón abierto o un tratamiento invasivo", dijo Milica Radisic, la científica que encabezó la investigación. Ese parche, hecho con láminas 3D fabricadas con polímeros biocompatibles y biodegradables, entraría al cuerpo ya no a través de un implante, sino a través de una inyección con una aguja más bien pequeña. El objetivo central del parche es replicar con exactitud el tejido humano.
 

"Un desarrollo así puede ser muy importante ya que permitiría revertir la necrosis celular no programada que implica cualquier infarto, es decir, la muerte de células que ocurre cuando una persona se infarta: en Argentina, eso pasa una vez cada quince minutos", explicó el médico cardiólogo y nefrólogo Gabriel Lapman en diálogo con Clarín. Para él, "si surge la posibilidad de reparar un corazón con estos parches, rápidamente tendrías un corazón hipotéticamente sano y eso daría tiempo a reparar la enfermedad coronaria que ocasionó el infarto a través de un stent o un bypass".