Si bien la forma principal de transmisión del chagas, la enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito Tripanosoma cruzi, sigue siendo el contacto con la vinchuca, el insecto que porta el parásito, desde la Sociedad Argentina de Pediatría advierten un importante crecimiento de la transmisión perinatal. Es decir, durante el embarazo o al momento del parto, que representaría actualmente cerca del 40% de los casos.

Pese a que en la Argentina el estudio para detectar la enfermedad en la madre embarazada es obligatorio y se realiza masivamente, por falta de seguimiento posterior y ausencia de controles, se estima que luego del parto se detecta apenas 1 de cada 3 niños que contrajeron chagas por esta vía.

“Lamentablemente, un adulto enfermo es un niño que no se detectó”, remarcó el  doctor Jaime Altcheh, médico pediatra, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) e investigador principal del CONICET. “Debemos cumplir debidamente las normas referidas al tamizaje universal de Chagas para las embarazadas, detección de los recién nacidos positivos y su tratamiento en busca de la curación”, insistió.

En un informe reciente elaborado en conjunto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se advierte que la transmisión materno infantil es hoy la principal vía de infección en los países que han controlado la transmisión vectorial mejorando sus estándares de vivienda y aplicando el tamizaje universal en bancos de sangre, situación que incluye a la Argentina y en nuestra región se comparte con Brasil, Chile, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Uruguay. Contribuye también a este nuevo tipo de transmisión vertical la migración de personas de áreas endémicas a zonas urbanas.

Se calcula que un bebé de una madre con chagas tiene entre el 2 y el 8% de posibilidades de contraer la infección durante el embarazo y el parto. Distintas estimaciones refieren que nacen por año en nuestro país entre 1.000 y 1.300 niños con chagas, pero solo se logra diagnosticar y tratar a un tercio de ellos.

Altchech indicó que la medicación disponible para tratar el Chagas “no se puede administrar en el embarazo”, por de pronto dar tratamiento a embarazadas para prevenir la transmisión  perinatal no es una opción. Sin embargo, el médico relató que estudios demostraron que “si se trata a mujeres en edad fértil antes del embarazo sí se evita la transmisión”.

El hecho de que no se detecten todos los casos de transmisión perinatal “no solo representa un problema de salud pública por omisión de un diagnóstico que debería ser muy sencillo, sobre todo conociendo el universo de madres ya detectadas, sino que produce a largo plazo una afectación de la salud de los infectados y una potencial ampliación en la cadena de contagio, a punto de partida de las niñas afectadas, que luego tendrán hijos con la enfermedad”, remarcó la doctora Elizabeth Bogdanowicz, infectóloga pediatra, Secretaria del Comité de Infectología Pediátrica de la SAP.

Se estima que en la Argentina por lo menos un millón y medio de personas de todas las edades están infectadas con chagas. Sin embargo, menos del 10% de los que viven con esta enfermedad cuenta con diagnóstico y recibe algún tipo de tratamiento, ya que la gran mayoría desconoce su condición y desarrolla la enfermedad en forma asintomática.

“Lamentablemente, como el Chagas suele no dar síntomas, en general no se lo sospecha y no se lo busca. Recién a largo plazo, tras 30 ó 40 años, aparecen, entre otras, complicaciones cardíacas muchas veces irreversibles”, afirmó el doctor Altcheh. El tratamiento es altamente efectivo con las drogas disponibles (Benznidazol y Nifurtimox) especialmente en la edad pediátrica. Esto refuerza la necesidad de un diagnóstico temprano. A su vez se han aprobado recientemente formulaciones pediátricas.

Fuente: DocSalud.com