La celebración del día mundial del corazón cada 29 de septiembre comenzó hace 21 años impulsada por la Federación Mundial del Corazón, y apoyada por organismos de la envergadura de la OMS y la UNESCO. Con la finalidad de fomentar la salud cardiovascular y frenar la creciente ola de expansión de las enfermedades cardiovasculares, ya que son la principal causa de mortalidad y discapacidad en todo el mundo, y en especial en países de bajos ingresos y vulnerables como la Argentina.

La única manera de frenar este crecimiento es empoderar a los individuos mediante la difusión de pautas simples, referidas a un estilo de vida saludable. Por eso este es un 29 de septiembre muy especial, saliendo casi de la pandemia COVID-19 y dejando atrás la cuarentena, que más allá del virus, generó cambios en las costumbres y en la alimentación, favoreciendo el aislamiento social, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad.

Hoy me gustaría cambiar el paradigma y focalizarme en un mensaje positivo, o sea, apuntar a la salud cardiovascular más que a la prevención de la enfermedad cardiovascular. Existen las llamadas 7 métricas de la Salud Cardiovascular:

1. Alimentación adecuada

2. Actividad física

3. Peso acorde

4. No tabaco

5 Controlar la presión arterial

6. Controlar el colesterol

7. Controlar la glucemia

que además de sugerir adoptarlas; aseguran una vida más larga y con pocas probabilidades de sufrir alguna enfermedad cardiovascular. Ahora, el que está leyendo esta columna se preguntará rápidamente, doctora ¿Cómo podemos hacer para cuidar nuestro corazón mediante una alimentación sana? ¿Qué nutrientes debemos incorporar a nuestra alimentación para tener un corazón sano?

Entre los alimentos tenemos dos aliados que nos ayudarán en esta campaña para lograr una salud cardiovascular: La vitamina D y el omega 3.

La vitamina D siempre se la ha relacionado con la absorción del calcio y el desarrollo óseo. La fuente de vitamina D natural es la luz solar y ciertos alimentos, como los lácteos, los aceites de pescado, yema de huevo, entre otros. A principio del siglo pasado su tratamiento disminuyó el raquitismo, hasta casi hacerlo desaparecer.

Pero las investigaciones posteriores demostraron que valores bajos de esta vitamina están relacionados con mayor probabilidad de desarrollar diabetes, osteoporosis, osteoartritis, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, depresión, enfermedades autoinmunes, cánceres, como mama, próstata y colon. Se la tuvo muy en cuenta durante toda la pandemia de COVID 19, ya que uno de sus efectos es modular el sistema inmune y disminuir la inflamación. A pesar de estos hallazgos, aún no se ha demostrado un claro beneficio del agregado de vitamina D para prevenir las enfermedades cardiovasculares, sin embargo, siempre es conveniente tenerla en valores considerados como normales. La población argentina en general tiene valores bajos de esta vitamina y siempre es necesario suplementarla y la alimentación juega un rol fundamental en ella.

Los ácidos grasos omega 3, son sustancias esenciales para la salud, el cuerpo no los fabrica y necesita incorporarlos. Las investigaciones han demostrado que su incorporación previene la trombosis, la formación de ateromatosis, la elevación de triglicéridos y favorece la elevación del HDL colesterol (colesterol bueno). Esto se obtiene alimentos como ciertos pescados, nueces, algunos aceites, entre otros. La mayoría de las veces no tenemos acceso a los mismos o lo tenemos de manera insuficiente. Por ejemplo, hoy gracias a los avances ya existe en el mercado argentino leches funcionales que incorporan el omega 3.

Los beneficios de la prevención cardiovascular se observan a cualquier edad y género.

Los más pequeños serán la base de la pirámide de la salud y los más grandes serán el ejemplo de un envejecimiento saludable y confortable, por lo tanto, el beneficio va más allá de la edad. Que este 29 de septiembre, sea una fiesta para poder volver a encontrarnos y celebrar una vida saludable rodeada de nuestros afectos, con nuestros corazones sanos y bien alimentados.

Laura Brandani es médica cardióloga (MN 66893)

(Fuente: Infobae)