Un raro tipo de cáncer llamado "linfoma anaplásico de células grandes" (LACG) está asociado a la presencia de implantes mamarios en el cuerpo, afirmaron dos sociedades científicas argentinas, que tras comprobar la existencia de varios casos en el país elaboraron el primer protocolo para "responder inquietudes sobre el tema".

Luego del escándalo de las prótesis francesas PIP, que estaban rellenas con un gel de silicona no apto para uso médico y afectaron la salud de más de 20.000 mujeres en 2010, entre ellas cientos de argentinas, los especialistas del mundo debieron revisar las complicaciones que surgen luego de las cirugías de aumento de busto.

"Los primeros casos de LACG comenzaron a verse en algunas pacientes que luego de muchos años de operadas formaban una acumulación de líquido entre la prótesis y la glándula mamaria, lo que denominamos seroma", comentó Eduardo González, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM).

El especialista destacó que se trata de una enfermedad "rara y muy poco frecuente" que puede desarrollarse alrededor de los implantes mamarios "pero que no es un cáncer del tejido, sino un tumor de las células linfáticas que está dentro de la familia de los linfomas".

"Si bien aún no hay suficiente evidencia que ratifique la asociación del LACG con la colocación de prótesis mamarias rugosas o lisas, sabemos que es un tipo de linfoma no Hodgkin, un cáncer de las células del sistema inmunitario que puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, incluidos los ganglios linfáticos y la piel", dijo por su parte Esteban Elena, presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.

Ambos profesionales coincidieron en que los datos sugieren que la enfermedad ocurre tanto en pacientes con implantes mamarios rellenos con gel como con solución salina, y que si bien se observó una incidencia mayor en aquellos con superficie texturizada, "el número de casos sigue siendo demasiado bajo como para hacer distinciones significativas", precisó Elena.

"La teoría más certera es que el LACG es una enfermedad multifactorial que implica la inflamación crónica alrededor del implante, su contaminación y la formación de un bio film o grupo de gérmenes llamados Gram", explicó González.

> Síntomas de alerta

En cuanto a los síntomas de alerta, el protocolo determina que el signo más relevante es la inflamación de la mama sin ningún traumatismo que lo origine. Eso se debe a la producción de líquido seroso alrededor del implante y se denomina "seroma tardío", ya que suele aparecer un año después de la cirugía. Asimismo, el algunas pocas ocasiones comienza como un nódulo, tumor o ganglios aumentados de tamaño. Ante cualquiera de estos síntomas se debe consultar al mastólogo (especialista en salud mamaria) quien solicitará los estudios pertinentes.

"Si bien cada medico determinará qué estudio debe llevarse adelante, en estos casos se recomienda inicialmente una ecografía ya que es el método más simple para identificar seromas. Luego puede solicitarse una resonancia magnética y finalmente una punción que se evalúa con un análisis llamado inmunohistoquímica para linfocitos CD-30 positivos y linfocitos T-ALK-negativos", detalla el Dr. González y agrega: "La mayoría de los pacientes pueden curarse de su enfermedad mediante la capsulectomía total bilateral y la extirpación del implante. Los pacientes que se presentan con una masa tumoral, tienen un mayor riesgo de requerir radioterapia y quimioterapia.


> Por otras prótesis
Asimismo, Eduardo González, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología aclaró que también hubo casos de LACG relacionados a otro tipo de prótesis o implantes colocados en el organismo, como prótesis traumatológicas o implantes dentales, "lo que abre varias líneas de investigación".