Las vacaciones en la playa, el río o la montaña no tienen por qué ser sinónimo de comer mal, por eso los nutricionistas recomiendan evitar la comida chatarra y elegir menúes saludables que contribuyan a tener una dieta equilibrada, para el cuidar tanto el peso como la salud.

La licenciada en nutrición de la Dirección de Maternidad e Infancia del Ministerio de Salud bonaerense María Laura Sansalone explicó, en declaraciones formuladas a Télam, que "lo ideal es que más allá de que uno esté de vacaciones y los horarios se cambien, puedan estructurarse las cuatro comidas".

La profesional recomendó comenzar el día con un buen desayuno, para dotar el cuerpo de un plus extra de energía y sugirió que esa comida cuente con "una fruta; lácteos descremados para toda persona de más de 2 años (leche, yogures, licuados, café con leche, chocolatada preparada por uno, o quesos magros); y cereales (en copos o pan integral, ya que tiene fibras y nutrientes)". Aclaró la profesional que "socialmente se devastó al pan y es mucho más recomendable que las galletitas, que tienen sodio y grasas" y añadió que "dos rebanadas de pan lactal o un miñón son lo ideal".

Luego propuso que "previendo que en vacaciones uno puede pasar muchas horas entre el desayuno y el almuerzo, conviene llevarse colaciones a la playa para romper distancia entre comidas principales" y explicó que "una fruta, un turrón, una barra o pochoclos son alimentos que nutren y son saludables".

La nutricionista apuntó que "un almuerzo práctico, si uno no dispone de mucho tiempo para cocinar, es un sándwich saludable: mucha verdura y algo de proteínas (pechuga, atún, milanesa fría u omelette), más una fruta de postre".

Otra opción que mencionó es "una ensalada con verdura cruda y algo de proteínas para nutrir y saciar y para poder metabolizarlo mejor" y enfatizó que "la recomendación siempre es no saltear el almuerzo porque si uno lo pasa de largo, después se desordena y se come todo".

Sostuvo que "de noche hay que tratar de de comer verduras crudas o cocidas y frutas, que son fuente de agua, de fibras, dan saciedad, previenen patologías cardiovasculares y tienen impacto positivo". Finalmente, precisó que "durante el verano es imprescindible ingerir mucha agua, más allá del mate, que es una infusión" y destacó que se deben consumir entre 6 y 8 vasos diarios como mínimo para tener una buena cobertura de hidratación.