En los últimos días las miles de fotos de hombres y mujeres con barbijos y guantes se viralizaron por las redes sociales. Sin embargo los especialistas señalaron que son ineficaces para la prevención de contraer el coronavirus.

Cabe señalar que una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es llevar una mascarilla en público si se sospecha que se está infectado o que alguien a quien se cuida lo está. Si ese es el último caso aconsejan quedarse en casa.

“Hay límites en cuanto a la forma en que los guantes y barbijos pueden protegerte de ser infectado y hemos dicho que lo más importante que puede hacer todo el mundo es lavarse las manos, mantener las manos alejadas de la cara, observar una higiene muy precisa”, dijo el director de emergencias de la OMS, Mike Ryan.

La noticia llega en medio de una crisis por los barbijos. La organización internacional estima que los trabajadores de la salud de todo el mundo necesitarán al menos 89 millones de estas cada mes para tratar los casos de coronavirus. Si la pandemia se extiende en el tiempo el problema podría agravarse mucho más.

Aunque se han impuesto cierres casi totales en Italia, España y ahora Francia, el consejo de la Organización Mundial de la Salud no ha cambiado desde el comienzo del brote mundial: lávese las manos, no se toque la cara y mantenga la distancia.

Qué no hacer si se está usando guantes

Los expertos dicen que los guantes pueden dar a las personas que las usan una falsa sensación de seguridad. Por ejemplo, muchas personas que los usan no siguen el consejo oficial de lavarse bien las manos primero, asegurándose de que sean herméticas y de no tocarlas una vez puestas.

“La gente siempre está reajustando sus barbijos y acomodando sus guantes y eso tiene el potencial de contaminarlos”, dijo el jefe de salud de Francia, Jerome Salomon.

Los guantes, de manera similar, no aumentan mucho la protección y podrían incluso terminar enfermando. “Si la gente no puede dejar de tocarse la cara, los guantes no servirán para nada”, dijo Amesh Adalja, del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud, a la agencia de noticias AFP.

Fuente: Mitre