Cada vez más personas quieren verse bien tanto físicamente como mentalmente. eso implica, entre otras cosas, alimentarse de forma más saludable, consumiendo más vegetales y menos comida chatarra, e ir al gimnasio para ponerse en forma. ¿Cómo podés empezar de cero?

Lo más recomendable es asesorarte con expertos en dos áreas que se convierten en pilares fundamentales para el inicio en la actividad deportiva: un experto en nutrición y un preparador físico.

“Suma un montón, es necesario siempre tener las dos patas, lo que buscamos nosotros en el consultorio es que la persona tenga todas las herramientas necesarias para poder elegir qué va a hacer con su cuerpo y sumado al entrenamiento que tenga los objetivos que está buscando”, explicó Facundo Crescenzo, nutricionista y antropometrista (M.N. 6769).

“Lo primero que hacemos es ver qué hábitos tiene la persona, conversar un poco sobre cómo se alimenta, qué objetivos hay, ver cómo está físicamente, si quiere qué potencial tiene de crecimiento de músculo y de grasa y en base a eso según lo que la persona decida proyectamos un plan de alimentación. La antropometría mide las dimensiones corporales, justamente para estimar cuánto pesan los huesos, el músculo y la grasa y en base a eso poder evaluar progresos”, expuso el nutricionista y antropometrista.

En cuanto a la parte del entrenamiento, lo primero es realizarse un chequeo médico para saber qué estás en las condiciones óptimas para poder empezar a hacer ejercicio. Éste además sirve al preparador físico para saber un poco más sobre vos.

“Lo primero que tenemos que hacer siempre es realizar un leve diagnóstico acerca de las capacidades físicas de la persona y sin ninguna duda hablar sobre los objetivos que tiene para ver hacia dónde vamos con el entrenamiento”, contó Julián Yair Capici, profesor de educación física.

Después de cada entrenamiento o sesión deportiva, pero sobre todo en las primeras, Capici indicó que es necesario “irse a casa a comer y a hidratarse como corresponde, entendiendo que el cuerpo necesita adaptarse a una actividad totalmente nueva”.

Por otro lado, el profesor de eduación física resaltó la importancia de establecer metas realistas: “La idea es hablar con la persona para que cada objetivo que se pone puedan ser cumplidos en tiempo y forma y que la persona nunca se sienta frustrada y entienda que esto es un proceso y lleva a su tiempo”.

Algo en lo que también coincidió Crescenzo: “Si no hay metas realistas la persona puede decaer y abandonar todo lo que está haciendo”.

¿Cómo debería ser la alimentación?

Crescenzo precisó que un desayuno ideal para una persona que quiere bajar de peso es muy variable y consiste en combinar varios nutrientes: debería comprender un poquito de fruta, en lo posible media no mucho más; una porción chica de carbohidratos como puede ser un poco de pan o galleta de arroz, media feta; y algo proteico que puede ser claras de huevas o alguna feta de fiambre magro o los alternativos de vegetarianos como podría ser el tofu.

Para el almuerzo es necesario recuperar con un poco de proteínas. En este caso, se descartan los carbohidratos porque se está recién empezando, y siempre acompañado con una buena ración de vegetales, en lo posible crudos sin ningún agregado de grasa.

Consultado por si es necesario descartar de forma total los carbohidratos, el nutricionista consideró: “No está ni bien ni mal más cerca de estar mal que estar bien, el cuerpo necesita energías para poder entrenar y sobrevivir. El cerebro se alimenta de azúcar un poquito de harinas es necesario pero sin excederse”.