El 21 de febrero, los turistas a bordo del crucero Diamond Princess se bajaron en Japón. Habían cumplido una estricta cuarentena de dos semanas, y más de 700 de los 3100 pasajeros dieron positivo en las pruebas de COVID-19. A esa realidad dura, este lunes se agregó otra: los investigadores reportaron que 17 días después del desembarco, aún quedaban restos del virus en los camarotes de la nave.

Efectivamente, durante el registro se detectó material genético de SARS-CoV-2, el organismo que causa el COVID-19. Así lo informó el Reporte Semanal de Morbilidad y Mortalidad elaborado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EEUU.

Según los especialistas, se hallaron restos del virus en cabinas de los pasajeros enfermos "hasta 17 días después de que los camarotes fueran desocupados", indicaron en el sitio oficial del CDC. Eso sí: el remanente se encontró solo en los espacios que aún no habían sido desinfectados. Conclusión: desinfectar a fondo es una de las mejores armas contra la pandemia.

El dato amplía la alarma que ya habían despertado otros informes. Recientemente, un paper publicado en el New England Journal of Medicine destacó que el virus permanecía hasta tres días sobre el plástico y el acero inoxidable, mientras que en el cartón aguantaba hasta un día. Los resultados que difundió la CDC sugieren que el problema podría ser aún más grave