Debe ser una de las primeras cosas que se hace al regresar a casa: quitarse los zapatos. Un reciente estudio científico advierto de los potenciales peligros que esto implica. Con nuestro calzado estamos ingresando al hogar cerca de 440 mil bacterias, lo que representa una cifra similar a las que se pueden encontrar en un inodoro.

Expertos de la Universidad de Arizona, determinaron que la suciedad acumulada en la calle son las fuentes de bacterias que provocan esta "infección hogareña”.

Según el investigador responsable del estudio, el doctor Charles Gerba "el 96% de las bacterias coliformes y E.Coli en la suela de los zapatos muestran un frecuente contacto con materiales fecales originarios de suelos de locales públicos o por contacto directo con excrementos animales".

Las bacterias pueden viajar "largas distancias" en los zapatos después de que estos son contaminados, y pueden provocar diarrea, meningitis y hasta infecciones sanguíneas".

"Los zapatos o zapatillas pueden llevar las bacterias durante largas distancias hasta casa después de haber sido contaminados", añade el investigador.

La propuesta de los expertos es una tradición que muchas culturas siguen: quitarse el calzado antes de entrar al hogar, y evitar que nuestros zapatos preferidos se conviertan en un vector inesperado de enfermedades.