La hepatitis C es un caso paradigmático en la historia de la medicina moderna. Se trata de una condición crónica, potencialmente grave, que hoy se puede curar. De hecho, la Organización Mundial de la Salud planteó el desafío de eliminar el virus para el año 2030.

En particular, en Argentina afecta a cerca de 400 mil personas, de las que la mayoría lo ignora. Es por ello que los especialistas coinciden en que se debe salir a buscarlas, para que lleguen al diagnóstico y se puedan tomar las medidas necesarias para preservar su salud, controlando el estado del hígado, y para poder curarlas.

En este contexto, el Laboratorio Nacional de Referencia para Hepatitis Virales del Instituto Carlos G. Malbrán, en conjunto con la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (A.A.E.E.H.), lanzan una campaña de detección sin precedentes en el país. Simultáneamente, del 4 al 15 de septiembre, 45 hospitales de las 23 provincias argentinas brindarán información, concientizarán y harán pruebas en forma totalmente gratuita para detectar pacientes con hepatitis C.

"Es fundamental detectar a los pacientes, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, por eso estamos convencidos de la necesidad de llevar adelante campañas como esta", aseveró el médico hepatólogo Ezequiel Ridruejo, presidente de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado.

La detección de hepatitis C se llevará a cabo con "tests rápidos", que brindan resultados en 30 minutos, y que fueron donados por el Rotary Club Internacional a través de la Asociación Brasilera de Portadores de Hepatitis (ABPH) en el marco de la Campaña Internacional Hepatitis Zero.

En los casos en los que el test dé positivo, el equipo médico llevará adelante más estudios para confirmar el diagnóstico y brindará todo el asesoramiento necesario al paciente sobre los siguientes pasos para realizar un adecuado manejo de su condición.

Los interesados en participar de la iniciativa, en realizarse el test para la hepatitis C o recibir información sobre la enfermedad, podrán orientarse sobre cuál es el hospital más cercano a su domicilio que forma parte de la campaña consultando el sitio web de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud.

Las vías de contagio son a través de sangre infectada, por transfusiones de sangre y hemoderivados antes de 1993 (año en el que se incluyó a este virus en los controles pretransfusionales en Argentina), el uso de instrumental médico y odontológico mal esterilizado, por compartir cepillos de dientes, afeitadoras, jeringas u otros elementos cortantes, a través de la realización de tatuajes y piercings sin los cuidados necesarios, relaciones sexuales sin protección y de madre a hijo durante el embarazo.

Actualmente, existe mayor conciencia en el manejo de instrumental médico o esterilización de elementos para tratamientos de belleza. Pero 30 años atrás no era así. Por lo tanto, muchos adultos que se creen sanos podrían ser portadores y, si no se hacen el test, es posible que recién reciban su diagnóstico cuando la enfermedad esté en una etapa mucho más avanzada.

El virus de la hepatitis C se aloja en el hígado y, si no es tratado, puede ir lentamente generando daño progresivo hasta ocasionar falla hepática, cirrosis, tumores en el hígado y requerir un trasplante. "Tenemos que hacer todo lo posible para no llegar tarde, porque en esa etapa es menor la ayuda que podemos brindarle al paciente. Uno puede curar la hepatitis y reparar el daño que el virus le produjo en el hígado cuando el tratamiento se inicia en forma precoz", agregó el doctor Ridruejo.