Al aumento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) ya conocidas, como el VIH, la sífilis y la gonorrea, cuyas cifras en la Argentina y en el mundo crecieron de manera exponencial en los últimos años, de un tiempo a esta parte se sumó la reaparición de algunas como la clamidia y el herpes. Pero lo que puso en alerta epidemiológica a las autoridades de la Secretaría de Salud de la Nación fue la confirmación de 33 casos de casos de linfogranuloma venéreo (LGV), una patología de la que no se habían registrado casos hasta 2017 en el país.

Se trata de una infección de transmisión sexual ulcerativa causada por los serotipos invasivos de Chlamydia trachomatis L1, L2, y L3 transmitida por contacto sexual genital, anal u oral sin protección.

Los casos registrados entre septiembre de 2017 y julio de 2018 fueron reportados por el Laboratorio de Clamidias de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (28 casos) y el Centro Nacional de Referencia en Enfermedades de Transmisión Sexual del INEI-ANLIS (cinco casos). Todos fueron pacientes de sexo masculino, de entre 21 y 57 años, y la totalidad de ellos refirió haber mantenido relaciones sexuales con hombres. El 90%, además, tenía diagnóstico de VIH.

En el 90% de los casos de linfogranuloma venéreo registrados en el país los pacientes tenían, además, diagnóstico de VIH

Según el sitio de inoculación, el LGV puede causar un síndrome inguinal o anorrectal. El síndrome inguinal se caracteriza por la aparición de una úlcera genital, no dolorosa y autolimitada que, en la mayoría de los casos, pasa inadvertida por el paciente, seguido de una linfadenopatía inguinal dolorosa, generalmente unilateral.

En las mujeres, la sintomatología es generalmente difusa por afectar ganglios ilíacos profundos o perirrectales, generando dolor abdominal bajo.

Sin tratamiento, la infección puede evolucionar al estadio terciario denominado síndrome anogenitorrectal con proctocolitis, abscesos perirrectales, fístulas, estenosis rectal, edema crónico y fibrosis esclerosante, que en última instancia conducen a la elefantiasis.

"Si bien ésta es la presentación clásica de la enfermedad, la presentación que motiva este alerta está caracterizada por proctitis y proctocolitis inicial, con dolor anorrectal, descarga purulenta, tenesmo, sangrado, constipación o diarrea. Sin tratamiento, la evolución de la enfermedad suele ser prolongada y producir gran incapacidad", señalaron desde la Asociación Argentina para el estudio de Infecciones en Ginecología y Obstetricia (Asaigo).

El médico infectólogo Gustavo Cañete (MP 220769) forma parte del staff del Hospital Iriarte de Quilmes y consultado por Infobae apuntó que "en la Argentina las ETS de mayor prevalencia son el VIH y la sífilis, aunque en el último tiempo se observó un incremento en los casos de linfogranuloma venéreo y gonorrea".

"Los casos de VIH que hoy se diagnostican son puramente por transmisión sexual, ya no por uso de drogas como era en los comienzos de la enfermedad o por transmisión vertical de madre a hijo -sostuvo Cañete-. En el último tiempo la atención de casos de gonorrea es de consulta casi diaria", explicaron.


 

La enfermedad, también conocida como blenorragia, es una infección bacteriana común, que afecta especialmente a adolescentes y personas de entre 20 y 30 años. Si bien por lo general se cura fácilmente con antibióticos, si no se trata a tiempo pueden aparecer complicaciones más graves de salud en el futuro.

Según cifras de la Secretaría de Salud de la Nación, de los 3.875 casos de sífilis notificados en 2011, en 2017 el número llegó a 11.709

Sobre el aumento de casos de sífilis, que según cifras de la Secretaría de Salud de la Nación, de los 3.875 casos de sífilis notificados en 2011, en 2017 el número llegó a 11.709, el médico infectólogo Javier Altclas (MN 61105) explicó que "en su estadio primario se diagnostica por la presencia del chancro -o llaga- que se puede ubicar en el pene, ano, vagina o boca. Es importante puntualizar que el chancro no duele, de ahí que en algunas ubicaciones puede pasar inadvertido. En la sífilis secundaria aparecen lesiones en la piel que ocupan todo el cuerpo y que son contagiosas, al igual que el chancro".

"Si no se trata en estos estadios mencionados, pasa a otros llamados latentes tempranos y tardíos, al continuar la enfermedad sin tratamiento luego de un tiempo prolongado, que pueden ser varios años, aparece la sífilis terciaria, que en este estadio presenta complicaciones graves", aseguró.

Consultado sobre estas y otras ETS en aumento en el mundo, el médico Miguel Pedrola (MP 11668), coordinador de AHF Argentina, enfatizó que "en primer lugar hay que tener presente que en la Argentina hay subdiagnóstico de todo y las estadísticas son de bastante difícil acceso".


 

"Lo que estamos viendo es que todas las ETS de las que hablamos normalmente vienen aumentando y en el caso de la sífilis el aumento es muy importante", sostuvo, y resaltó que "en muchos casos se trata de coinfección de sífilis con VIH, es decir, personas que llegan al diagnóstico de sífilis tras la confirmación del VIH".

Y tras asegurar que de sífilis "se tiene cierta estadística precisamente por este aumento de casos", señaló: "Si tenemos que atender los casos de clamidia, gonorrea, etc., debemos hablar de un subdiagnóstico importante, al igual que en HPV".

Diagnosticada con una simple prueba de laboratorio, la clamidia es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis.

La sífilis es producida por una bacteria (Treponema Pallidum) y se transmite por relaciones sexuales (vaginales, anales u orales) sin preservativo con una persona infectada. También existe lo que se denomina transmisión vertical, que es la que ocurre de madre a hijo durante la gestación. Se diagnostica a partir de un análisis de sangre y se trata con un antibiótico (penicilina). Los síntomas aparecen 20 días después de que el virus entra al organismo y presenta varios estadios.

Otras de las ETS con más presencia en el país, según Pedrola, son clamidia y HPV, la cual, pese a contar con una vacuna hace un tiempo, sigue manifestándose entre los jóvenes.

Diagnosticada con una simple prueba de laboratorio, la clamidia es causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y presenta diferentes síntomas en hombres y mujeres. Los síntomas en las mujeres incluyen flujo vaginal anormal (que puede tener un fuerte olor), sensación de ardor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales y si la infección se propaga, es posible que se presente dolor abdominal bajo, dolor durante las relaciones sexuales, náuseas o fiebre. En tanto en los hombres se manifiesta con secreciones del pene, sensación de ardor al orinar, ardor o picazón alrededor de la abertura del pene y dolor e inflamación en uno o ambos testículos, aunque esto es menos frecuente.