En su clase de terapia artística en Leeds, Reino Unido, Joyce Cope está pintando un árbol con detenimiento. A pesar de que sufre demencia , sus pinceladas son mesuradas y estables, un legado de sus años pintando como talentosa aficionada.
 

Su trabajo hoy en día, sin embargo, es muy diferente a las piezas muy detalladas que solía producir, reproducciones expertas de maestros como la de "La joven de la perla", del artista holandés del siglo XVII Johannes Vermeer.
 

La hija de Joyce, Hazel, dice que su madre todavía disfruta pintando, pero antes de que la enfermedad la alcanzase, su trabajo era realmente sorprendente.
 

"Eran copias realmente buenas de los Viejos Maestros, y muy detalladas", cuenta.
 

Un análisis minucioso de las pinceladas de los artistas que desarrollaron enfermedades neurológicas revela pistas fascinantes sobre cambios cerebrales que ocurrieron años antes de que cualquier síntoma se hiciera visible.
 

El método matemático se llama "análisis fractal", que es una forma de analizar patrones recurrentes que se dan tanto en las matemáticas como en la naturaleza.
 

Los árboles y las nubles son "fractales", así como los patrones recurrentes de nuestras ondas cerebrales y los latidos del corazón. Lo mismo es aplicable a los brochazos de los artistas, que se pueden comparar con la caligrafía individual.
 

La psicóloga Alex Forsythe de la Universidad de Liverpool llevó a cabo un análisis fractal de más de 2.000 obras de siete artistas famosos, y encontró cambios diminutos en esos patrones.
 

Pero en artistas como Monet y Picasso, quienes murieron sin ninguna enfermedad neurológica conocida, estos patrones se mantuvieron constantes a lo largo de sus vidas. Es sorprendente que incluso cuando Picasso, en particular, cambiaba de estilo con tanta frecuencia en su carrera, su rango fractal era constante, independientemente del estilo en el que pintaba.