En cualquier estilo de vida saludable, una alimentación equilibrada es una de las piezas fundamentales. Eso no solo incluye las cuatro comidas principales del día (desayuno, almuerzo, merienda y cena), sino también las colaciones que se llevan a cabo a lo largo de la jornada.

Saber elegir snacks y colaciones saludables es fundamental tanto para perder como mantener tu peso. Sobre todo cuando no vas a estar en casa, ya sea porque estás de vacaciones o te vas de viaje.

Hay que elegir aquellos alimentos que contengan fibra, nutran al organismo y, a poder ser, que sea fáciles de transportar para poderlos preparar desde casa o el hotel. La nutricionista Dietista Liliana Grimberg (MN 978), ofrece un listado de posibles opciones:

- Frutas: el plátano y la manzana se pueden llevar en la cartera o mochila, o comprar en cualquier verdulería al paso. Otras frutas, como las frutillas, kiwi, ananá, melón, se pueden lavar, pelar, cortar y llevar en un recipiente hermético.

- Almendras: son una excelente opción para hacer colaciones saludables controlando la medida. Podés comprar por cantidad y armar porciones con bolsas para llevar cuando estás fuera de casa.

- Zanahorias bebé: son una alternativa deliciosa para hacer pequeñas comidas ya que se pueden llevar en un recipiente o bolsa y combinarlas con almendras. Cortadas en bastones son ideales, otra alternativa es el apio o los tomates cherry, aunque éstos últimos requieren un envase más protector para que no se aplasten.

- Una taza té: aporta fibra, vitamina A, C y tiene magnesio que te ayuda a combatir el estrés.

- Mix de frutas secas: no todos los mix de frutas secas son las mejores opciones así que tenés que prestar atención. Buscá las variedades que no traen sal y no son fritas. Lo mejor es una mezcla de almendras, semillas de girasol, semillas de calabaza, sésamo y nueces. Los frutos secos sirven para acompañar a las frutas y verduras o como snacks por sí mismos.

- Yogurt descremado: ya sea bebible, firme o cremoso, es muy rico en caso de no poder llevar nada, o no tener ganas de comer vegetales o fruta.

“Muchas veces, erróneamente, acudimos a los alimentos bajos en calorías que nos dicen en todas las publicidades que debemos consumir. Estos snacks no generan saciedad, y, por el contrario, nos dan ganas de comer más. Los azúcares refinados y las grasas tienen ese efecto en el ser humano. No aportan fibra alimentaria, ni proteínas, ni nos dan la energía que necesitamos”, destacó Grimberg.