Con el fin de concientizar a las personas e incentivar la prevención y detección de la enfermedad, todos los 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, un mal que según especialista “se ha convertido en la epidemia del siglo XXI”.

 

La diabetes es aquella situación en la que los niveles de azúcar (o glucosa) en la sangre están aumentados. Es una enfermedad crónica e incurable. Por ello, a día de hoy, la prevención es el mejor tratamiento. El diagnóstico lo puede confirmar un médico a través de un análisis de sangre.

 

Prevención

 

Quiénes están en riesgo: personas con familiares que la padecen, mujeres que han presentado diabetes gestacional o que han parido bebés de más de 4 kilos, personas obesas, mujeres con ovarios poliquísticos, personas con hipertensión o hiperlipemia, personas sedentarias o con enfermedad cardiovascular.

 

A ellas, se suman las personas que sin llegar a alcanzar los criterios diagnósticos de diabetes presentan valores de glucosa por encima de lo ideal.

 

Las pautas para cuidarse:

 

* Hacer ejercicio: pasear es ejercicio y es mejor que estar sentado, pero a la hora de hablar de actividad física se recomendaría hacer 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana. Por ejemplo, nadar, correr, bailar, deportes de equipo, y distribuidos en varios días, de manera que no pasen más de dos días consecutivos sin hacer ejercicio. Si haces un trabajo sedentario cada media hora levántate y da un paseo.

 

* Seguir una dieta sana variada: comer mucha fruta verduras y hortalizas, y un predominio de grasa vegetal, preferentemente monoinsaturada, como el aceite de oliva, frutos secos y palta. Esta es grasa que aporta calorías pero transporta colesterol por la sangre y la elimina, mientras que la de origen animal es la que se acumula y obstruye las arterias y de ahí surgen las complicaciones. Además se debe consumir productos lácteos desnatados, legumbres, cereales, pescados y aves mejor que carne, y cuando ésta sea cocinada hacerlo a la plancha, evitando rebozados y empanados.

 

* Estar alerta: las personas de riesgo y los prediabéticos se deben someter a una vigilancia especial, monitorizando los niveles de glucosa. También se considera que a partir de los 45 años hay que vigilar la glucosa, incluso si no se presenta ningún factor de riesgo. No hay que dejar pasar más de 3 años antes de volver a medir la glucosa.